(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima visitó este viernes 13 de mayo la catedral de Roma, San Juan de Letrán, acompañada por las reliquias de los beatos Lucía y Francisco, dos de los tres pastorcitos a quienes la Virgen María confió su mensaje.
Monseñor Liberio Andreatta, responsable de la Obra Romana de Peregrinaciones, que presidió el evento y la santa misa, recordó que el lema de esta peregrinación es “María, testimonio de la Misericordia de Dios”.
Precisó que tal y como indica la bula del papa Francisco, “la peregrinación es un signo peculiar del Año Santo” porque “la vida es una peregrinación, y el ser humano es un peregrino que recorre el camino hasta la meta fijada”. Por eso cada uno tiene que hacer una peregrinación de acuerdo a sus propias fuerzas para llegar hasta la puerta santa de Roma o de otro lugar, de manera que esto sea símbolo de conversión, confiándonos a la misericordia de Dios y para que “seamos misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros”.
Ha sido una celebración organizada en el ámbito de la XII Jornada Nacional de Peregrino, en el día de la Virgen de Fátima, en este Jubileo de la Misericordia. Debido al temor de mal tiempo no se realizó la procesión desde la iglesia de la Santa Cruz en Jerusalén, sino que el evento se desarrolló directamente en la basílica, que es la sede episcopal del Obispo de Roma, el papa Francisco.
La procesión con la imagen peregrina que vino desde Portugal como Peregrinatio Mariae para el evento, recorrió la plaza situada delante de la basílica y entró en el templo junto a varios cientos de peregrinos, que la acompañaban con oraciones y cantos marianos.
De este modo, los asistentes ingresaron por la Puerta Santa de la basílica, mientras la imagen peregrina lo hacía por la puerta principal. A continuación se celebró la santa misa.
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