El P. Viroche, de 46 años, fue encontrado ahorcado el 5 de octubre en su parroquia Nuestra Señora del Valle, de la localidad de Ingenio La Florida en Tucumán. Era conocido por su comprometido trabajo con los fieles, el acompañamiento y prevención en drogas hacia los jóvenes, además de sus mensajes y denuncias contra el narcotráfico.
“El Padre Juan se enfrentó con valentía a las mafias que manejan el narcotráfico, y que lo habían amenazado a él y a otras personas de su comunidad” afirmó la Comisión en un comunicado, donde también expresó su cercanía a los afectados “por la muerte de su pastor y antes de eso, por el daño que causan en ella la droga, el crimen y la corrupción”.
“Las circunstancias de su trágica muerte deben ser esclarecidas por la Justicia, pero en cualquier caso, ella ha puesto de manifiesto una situación de inusitada e intolerable gravedad”, sostuvieron.
Además de lamentar que la gran cantidad de dinero que mueve el narcotráfico está manchado “mayoritariamente” con “sangre de los pobres”, la Comisión advirtió que “ninguna lucha contra el narcotráfico podrá ser exitosa sin inclusión y desarrollo social”.
Afirmaron que “ya son muchas las víctimas a lo largo y a lo ancho de nuestro país” y constataron “con alarma y con dolor, que las bandas criminales están infiltradas en distintos sectores e instituciones de nuestra sociedad”.
“Nos reconforta ver que las más altas autoridades de la Nación han asumido públicamente el compromiso de enfrentar el narcotráfico. Esperamos ahora que se pongan los medios para que esa lucha sea eficaz. Urge que las fuerzas policiales y de seguridad y los organismos en que se hayan infiltrado los intereses del narcotráfico, sean depurados”, agregaron.
“Las adicciones son una forma de esclavitud moderna y muchas de las personas y familias que se enfrentan a esta problemática no saben o no tienen a quién recurrir para solicitar ayuda”, continuaron en la misiva, “en la Iglesia son muchos los esfuerzos que se hacen para ayudar a esos hermanos nuestros”.
Alentaron “a las personas y a las instituciones públicas y privadas comprometidas en acompañar, ayudar y contener a las víctimas de este grave problema, especialmente en este tiempo en que celebramos el Año de la Misericordia, a redoblar sus esfuerzos poniendo en el centro de la tarea a la persona que sufre”.
“Todos podemos ser protagonistas en la prevención, en la educación, en la asistencia o en la denuncia para terminar con este flagelo”, aseguró la Comisión Nacional de Justicia y Paz.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 19 de octubre de 2016
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