El evento, organizado desde Madrid por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, y con participaciones virtuales, concluyó expresando: “Sí a la vida humana del concebido no nacido”, “sí a la maternidad”, “sí a la familia”, “sí a la vida en momentos de vulnerabilidad”, “sí al Evangelio de la Vida”, “sí a la vida en los medios de comunicación” y “sí a la cultura de la vida”.
Los participantes aseguraron que “la cultura de la vida es una tarea que no atañe solo a los medios formalmente constituidos, ni sólo a las instituciones públicas, sino a todo católico, a través de su compromiso político, social y familiar. La defensa de la cultura de la vida se hace realidad en el compromiso personal y social, apoyando cuantas iniciativas la promuevan y atiendan a los más vulnerables en cualquier etapa de su existencia”.
Antes del cierre del congreso intervinieron las “Sister of Life” (Hermanas de la Vida), una congregación que añadió a sus tres votos tradicionales el de “proteger y realzar el carácter sagrado de la vida humana”.
La hermana Cristina Duque de Seras dijo que atienden a “mujeres que se enfrentan con un embarazo inesperado, mujeres y hombres que sufren los efectos de un aborto provocado y corazones quebrantados de este tiempo, heridos por una creciente cultura de la muerte”.
Para las religiosas, dijo, el aborto no se debe abordar suponiendo algo o diciéndole “a la mujer lo que tiene que hacer”, sino escucharla. La mujer en riesgo de aborto, dijo, “sabe que el bebé está ahí”, pero necesita “saber que es fuerte, que no está sola que es buena y es amada. Si es capaz de abrir su corazón y reconocer su voluntad, sacará la fuerza”.
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