El juego se llama “El Mensajero del Rey” y fue creado por Jorge Contreras, de 43 años, un católico de la parroquia de la Medalla Milagrosa en la Diócesis de Zacatecas (México). El juego de mesa incluye “trivias” con preguntas de la historia de la Revelación y está diseñado para que participe toda la familia.
Este 2020 cumplió 10 años de casado con Paulina, con quien tiene dos hijos: Emilia, de seis años y Jorge, de nueve años, que no pudo asistir a su catequesis de Primera Comunión en la iglesia local a causa de la pandemia del COVID-19.
“Estaba por iniciar su preparación para hacer su Primera Comunión cuando llegó la pandemia. Todos tuvimos que encerrarnos. Los niños dejaron de ir al colegio. Las iglesias cerraron sus puertas y obviamente los grupos de catequesis no abrieron más”, relató Jorge a ACI Prensa.
“Mi chiquitito estaba triste por no poder cumplir su ilusión de hacer su Primera Comunión, y no ver a sus compañeros del colegio […] Entonces, me dije voy a hacer algo”, dijo el padre de familia.
Jorge ya tenía experiencia elaborando material catequético, pues desde que hace dos años renunció al puesto de director de la División de Imagen y publicidad de la Secretaría de Turismo del gobierno, se dedicó a escribir ocho libros, libretas y otros materiales de formación católica para estudiantes de 14 colegios católicos de una congregación religiosa en su país.
Este año iba a entregar los libros, pero la crisis del COVID-19 coincidió con el inicio del periodo escolar en el país y la congregación no tenía ya los recursos para poder pagarle, así que decidió donarlos a las religiosas. También tuvo que retirar a sus hijos del colegio y vender lo poco que tenía para sobrevivir con su familia.
La situación se agravó porque tuvo que cerrar la tienda de dulces que tenía en el aeropuerto local, debido a la orden del gobierno para evitar contagios de coronavirus.
“Me fui al hoyo. Vendimos coches, tuvimos que sacar a los niños de la escuela, nos cortaron el agua, fue muy duro cómo nos pegó. Me quedé sin nada y encerrado: no podíamos salir a ningún lado”, relató.
En medio de la crisis, Jorge pensó en crear un juego para ayudar a su hijo a formarse en la fe durante la pandemia. “Como si mi Padre Dios me hubiera obligado a hacerlo: ‘Mira, ya tienes el tiempo, no tienes trabajo, tu hijo no tiene forma de estudiar [sobre la fe] a conciencia o jugando’”, dijo.
Jorge reconoció que la idea de crear en serio no la había tomado antes en serio, y que la investigación que realizó para escribir los libros le ayudó mucho. Sin embargo, durante el proceso de elaboración sintió remordimiento, pues ya no podía colaborar económicamente con el hogar.
“Me daba pena ver a mi esposa toda preocupada por el dinero, y yo sentado haciendo un juego de mesa. Me sentía como un irresponsable […]. Estuve cuatro meses completos día y noche haciendo cada detalle del juego, en primer lugar, con la esperanza de que mi chiquitito pueda aprender jugando”, y además, quería que el aprendizaje sea en familia, dijo.
“Mi chiquitín me decía: ‘Papá, cuando podamos volver a la iglesia yo nada más me voy a formar. No me importa la fiesta, yo lo que quiero es comulgar’”, dijo.
Entonces aprovechó también las Misas virtuales para enseñarles a sus hijos a vivir la Eucaristía. Además le enseñó al mayor la función de monaguillo fabricando juntos con cartón los instrumentos litúrgicos.
Al terminar “El Mensajero del Rey”, Jorge lo compartió con su familia y ellos quedaron encantados. Luego decidió publicar el resultado en redes sociales y desde entonces no ha dejado de recibir ofertas de editoriales y de personas que le piden comprar el juego.
El padre de familia relató que unos amigos evangélicos le dijeron que podían ayudarlo, pero que retirase a la Virgen de Guadalupe y al Papa del juego, y que solo “se quede como un tema bíblico”.
Pero Jorge se negó respondiendo: “Perdón, pero no es la misión de ‘El Mensajero’. Este es un juego católico, aquí viene la Virgen de Guadalupe, viene el Papa, y más bien, si ustedes quieren aprender mejor, pues vengan a jugar”.
Ahora tiene pedidos de todo México y también le han escrito desde Portugal y Colombia. “La verdad es algo muy bonito, como si no fuera yo, como si ahora el Espíritu Santo se encargara. O sea, me pidió hacer el juego, terminé el juego y luego fue como que me lo tomara y me dijera: ‘Ahora yo me encargo’”, señaló.
A la fecha cuenta con una página de Facebook, una cuenta de Instagram y un sitio web donde se puede conocer más sobre su trabajo.
“Sí, ha sido una historia muy bonita, primero porque me salvó económicamente de la pandemia; segundo, cumplió el objetivo que era unir a mi familia… y tercero, porque siento como que es lo más trascendental que he hecho en toda mi vida”, dijo. Ahora, solo están a la espera de que Jorge pueda realizar su Primera Comunión.
“Para los que tenemos hijos en edad de hacer su Primera Comunión, no se vale que perdamos el tiempo y que les posterguemos una educación tan valiosa, un sacramento tan bonito. Aprovechemos este tiempo para enseñarles [sobre la fe], hay muchísimas cosas en internet”, dijo. “Yo aproveché desde mi creatividad de hacer algo, cada papá sabrá en que puede ayudar”, concluyó.
Publicar un comentario