El padre Vitus Borogo y el padre Christopher Odia fueron asesinados en aparentes intentos fallidos de secuestro. Nigeria continúa siendo acosada por la criminalidad y muchos sacerdotes han sido atacados por bandidos. Ayuda a la Iglesia necesitada nos muestra lo que allí se está viviendo...
El asesinato de dos sacerdotes católicos en Nigeria durante el fin de semana ha dejado a la comunidad cristiana local con el alma en vilo y conmocionada.
En una conversación telefónica con la fundación internacional Aid to the Church in Need (ACN), el martes 28 de junio, el arzobispo Matthew Man-Oso Ndagoso, de Kaduna, habló del miedo y el trauma tras el asesinato de un sacerdote de su arquidiócesis, el padre Vitus Borogo, de 50 años, cuyo funeral está fijado para el 30 de junio.
“Todo el mundo está al límite de sus fuerzas. Todos nosotros, el clero, los laicos, todos. La gente tiene miedo, y con razón. La gente está traumatizada, y con razón”, dice el arzobispo. “Con esta situación, nadie está a salvo en ningún lado. Si sales de tu casa, aunque sea de día, hasta que vuelves, no estás a salvo”, añade.
Otras dos personas secuestradas
Los delincuentes atacaron al padre Vitus mientras visitaba a su familia en una granja en la región de Prison Farm, no lejos de la ciudad de Kaduna. Los hombres armados dispararon contra el padre Vitus Borogo, llevándose cautivos a su hermano menor ya otro hombre, ambos permanecen secuestrados en paradero desconocido.
“Fue completamente inesperado. Son secuestradores, buscan dinero. No sabemos por qué lo mataron. Obviamente, querían secuestrarlos a todos, pero por alguna razón optaron por matar a nuestro sacerdote, solo Dios sabe por qué”, dice el arzobispo Matthew, y agrega que “fue realmente impactante para todos nosotros”.
Con la inseguridad, difícil el acceso a los sacramentos
Por ahora, la Iglesia no tiene más información sobre la identidad de los criminales, o sus demandas, dice el arzobispo Matthew.
Nigeria se ha visto gravemente afectada por la violencia y el bandolerismo en los últimos años, y muchos sacerdotes han sido blanco de secuestradores. La arquidiócesis de Kaduna se ha visto particularmente afectada por la violencia y los conflictos.
Hace algunas semanas, en una conferencia en línea organizada por ACN, Mons. Matthew hizo un balance de las pérdidas: “En los últimos tres años, siete de mis sacerdotes han sido secuestrados, dos han sido asesinados y uno ha estado en cautiverio durante tres años y dos meses. Cuatro fueron puestos en libertad. En cincuenta de mis parroquias, los sacerdotes no pueden permanecer en sus rectorías, porque son blanco de ataques, son vistos como una fuente fácil de dinero para el rescate. No puedo hacer visitas pastorales como suelo hacer, los sacerdotes no pueden ir a los pueblos y decir misas. La gente no puede ir a cultivar los campos, por lo que no pueden alimentarse. Con esta inseguridad, la gente está privada de los sacramentos”.
El P. Vitus es el tercer sacerdote asesinado en la archidiócesis, situada en el norte del país.
El sur del país también se ve afectado
Sin embargo, los secuestros también se han convertido en un problema para la Iglesia nigeriana del sur del país.
El mismo fin de semana que mataron al padre Vitus, otro sacerdote, el padre Christopher Odia, de 41 años, fue asesinado en la diócesis de Auchi. El sacerdote fue asesinado durante un intento fallido de secuestro, cuando salía de su rectoría para celebrar la misa dominical en la iglesia católica St Michael, en Ikabigbo, dice la nota de la diócesis, enviada a ACN.
La Iglesia Católica en Nigeria ha sido muy crítica con el Gobierno, culpándolo por la creciente inseguridad y por no hacer lo suficiente para proteger a los inocentes de los criminales.
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