Es la compulsión ansiosa por estar revisando el móvil en cuanto se pueda. ¿Quieres saber cómo te afecta?
Es la compulsión ansiosa por estar revisando el móvil en cuanto se pueda. Es una manía dependiente por estar, pase y pase imágenes de cualquiera de las aplicaciones y llegarse a «obsesionar» en ellas por un buen rato.
Este concepto tendrá unos 40 años de uso, a raíz del sustancial incremento de lo útil y atractivo de la alta tecnología y la rapidez y disponibilidad de internet.
Sin duda, la explosión de los llamados teléfonos inteligentes nos ha puesto en las manos una excelente herramienta para la comunicación, la productividad laboral y el entretenimiento. Pero todos estos beneficios traen su cuota negativa que se ha de pagar con el miedo de quedarse sin él, o en esta compulsión por revisarlo de manera adictiva.
El estrés generado por las actuales tecnologías tiene que ver con una sensación de aislamiento y distancia al no poseer redes sociales, o estar al día en los acontecimientos virales del momento.
Estamos en la antesala de un nuevo estilo de adicción, en el que puede fácilmente uno quedar atrapado y con dificultad para salir de él. Basta con uno mismo probar dejar un día sin el celular para comprobar el tamaño de atadura que ya tenemos.
Ya hemos llegado al extremo de manejar e ir queriendo ver los últimos mensajes de nuestras redes o de aprovechar cada alto o embotellamiento para continuar con los temas.
El tecnoestrés se combate con la moderación en su consumo, con una serie de limitaciones, intencionales, para no hacer de este instrumento algo indispensable, sin el cual ya no puedes entretenerte y estar tranquilo.
Hay quien ya carga con dos celulares y ha hecho una dependencia total de ellos. Si se le pierden, se descomponen o se los roban, es una tragedia. Como si ya no supiera qué hacer de su vida sin ellos.
Para comenzar, vacaciones al celular
Si ya eres un dependiente o hasta adicto a esta tecnología, es tiempo de que hagas algo para que no sigas escalando, hasta llegar a ser un adicto pleno y el remedio, sea más complicado.
Empieza por darle unas vacaciones a tus celulares y disfruta de la vida sin su presencia.
Se entiende que la nueva tecnología, particularmente los teléfonos inteligentes, son un avance indiscutible en muchas áreas de la creatividad, como herramientas de trabajo, acceso a todo tipo de información, pagos y transferencias o hacer compras cómodas a distancia. Pero una cosa es usarlo de manera provechosa y productiva y la otra es perder el tiempo haciendo todo tipo de cosas inútiles, que nos absorben y enajenan.
El dilema entre virtud y vicio sigue siendo el mismo que en otras situaciones de la vida. O, por una parte, usas la tecnología para el bien, es decir, para tu crecimiento, para el desarrollo de la inteligencia o simplemente para facilitarte la vida diaria. O, por otra parte, de plano pierdes el tiempo, y te entretienes con juegos fútiles, te obsesionas viendo fotografías o estúpidos videos y acercándote a las apuestas, a la pornografía y el consumismo. Que son tentaciones muy seductoras que abundan en las redes.
La pérdida de amistad y amor familiar
El tecnoestrés también abre la puerta a que canceles un contacto más presencial y directo con tus familiares y amigos, pues en vez de visitar a un ser querido enfermo, ya te conformas, y crees que cumpliste, con sólo enviar un mensaje y un emoji, en vez de estar presente.
Por un lado, con la tecnología nos sentimos más apoyados, cómodos y cercanos a nuestros seres queridos. Pero por el otro, al obsesionarse, entonces se convierten en una tentación tan compulsiva que hasta manejando se quiere estar mandando mensajes y recibiendo llamadas. Lo que ha incrementado, sustancialmente la distracción y en consecuencia el aumento de accidentes viales.
Quedarse sin un celular, puede ser algo muy angustiante, un fenómeno que hace un par de décadas no existía.
Aumento del estrés
Nos hemos hecho hiperdependientes a toda la nueva tecnología doméstica. Incluso, a gastar mucho dinero de nuestro presupuesto para actualizaciones y adquirir nuevas versiones.
Y qué decir que de lo que se puede gastar un adolescente en un videojuego, en el que te venden hasta las prendas virtuales de tu personaje favorito.
Entre influencers, publicidad y propaganda de todo tipo, la tecnología que traemos a la mano o nos conduce a ser mejores personas, más eficientes y productivos, o caemos en el tobogán del desperdicio, del dispendio y al fin, vivimos con más estrés en vez de relajarnos y de disfrutar de la vida.
Cada uno tenemos la opción, acorde a nuestro criterio. Al menos ya sabes de qué trata el tecnoestrés. Si quieres vivir más en paz, usa la tecnología a tu favor y no en tu contra.
Procura que la tecnología te genere más bienestar y no que se convierta en un problema más, que te puede llevar a perder tu libertad.
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