“Es fácil hermanarse en momentos tan crueles, pero hay otras muchas situaciones difíciles en la vida diaria de la gentes del mar que no son noticia, y en las que hay que estar también cerca y hermanados hacia ellos”, explica el obispo de Tuy-Vigo, monseñor Luis Quiteiro.
En la carta con este motivo muestra la dureza del trabajo, el dolor y las dificultades con las que se encuentran los pescadores y muestra que es necesario “volver a repetir una llamada de atención a todas las instituciones implicadas para que procuren siempre unas condiciones de trabajo justas que faciliten una vida digna y protegida”.
“Una vez más quisiéramos que toda la sociedad sea consciente de la dureza del trabajo de los hombres del mar”, explica en su mensaje, “con jornadas largas y en condiciones a veces difíciles de imaginar, siempre con la incertidumbre del tiempo, siempre con la angustia de "los golpes traicioneros del mar”.
Termina su carta explicando que los complejos efectos de la globalización, a veces, “les ocasionan una mayor vulnerabilidad por lo que queremos no bajar la guardia para hacer más atenta la solicitud de la Iglesia” y pide a la Virgen del Carmen que alumbre la esperanza de las familias de los fallecidos y desparecidos.
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