La videoconferencia era a las 12:45, por ello, los organizadores habían quedado con Lety una hora antes para la última prueba y asegurar que todo estuviera bien. Pero... de pronto... cuando se fue a sentar delante del ordenador nos dimos cuenta de que no había señal, ni por Wi-Fi, ni por cable: ¡no teníamos internet!
Al principio reiniciamos tranquilamente el ordenador, pero nada. Lety descubrió que ninguno de sus dispositivos cogía la señal del convento. Así que, rápidamente, nos pusimos en marcha para agotar todas las posibilidades.
Mientras una de nosotras llamaba a Telefónica para pedirles que comprobaran si había errores en la línea, otras nos pusimos a pensar de dónde provenía el error.
Evidentemente necesitábamos reiniciar el router donde se recibe la señal para todo el monasterio pero, para colmo, la priora estaba fuera. La llamamos y nos dijo que sin querer se había llevado la llave en el bolsillo... ¡¡imposible acceder!!
Pensamos en cortar la luz de todo el monasterio para que se reiniciara solo, pero caímos en la cuenta de que tiene un aparato que, cuando hay apagones, pone en marcha unas baterías para que no se apague... Nada...
Y los minutos iban pasando...
Intentamos coger señal de sitios cercanos, parador, algún hotel...pero con estos muros era imposible.
Cuando quedaban quince minutos para comenzar decidimos dejarlo, para que Lety puediera parar con el Señor y estar tranquila. Y junto con los organizadores pensaron como alternativa hacerlo por teléfono.
De manera que nosotras nos fuimos a vestir y, sinceramente, yo me sentía un poco frustrada porque por nuestra parte habíamos intentado hacer todo para solucionarlo, pero sin éxito. Por última vez miramos el ordenador cuando ya sólo quedaban cinco minutos y... ¿qué vimos? ¡Había señal!
Con gritos de alegría y de acción de gracias se terminó de colocar Lety y al momento empezó todo...
Y es que... ¡cómo es el Señor!, cuando Él quiere algo, nunca se contradice. Las cosas no suelen ser fáciles, pero Él hace que salgan. Ni siquiera necesitó nuestro esfuerzo, ni esa hora de quebraderos de cabeza, sino sólo que confiáramos.
Hoy el reto del Amor es que confíes, que mires eso que tienes que necesita salir, eso para lo que no encuentras la solución, o a esa persona a la que no sabes cómo ayudar... no sufras pensando cómo hacer; confía y busca por dónde va Él. Y Él lo hará, ¡para Cristo nada hay imposible!
Ah, y... ¿sabes? ¿Sabes que en cuanto se acabó la videoconferencia desapareció internet durante el resto del fin de semana?... Él lo lleva, y así todo es posible, ¡adelante!
VIVE DE CRISTO
La videoconferencia era a las 12:45, por ello, los organizadores habían quedado con Lety una hora antes para la última prueba y asegurar que todo estuviera bien. Pero... de pronto... cuando se fue a sentar delante del ordenador nos dimos cuenta de que no había señal, ni por Wi-Fi, ni por cable: ¡no teníamos internet!
Al principio reiniciamos tranquilamente el ordenador, pero nada. Lety descubrió que ninguno de sus dispositivos cogía la señal del convento. Así que, rápidamente, nos pusimos en marcha para agotar todas las posibilidades.
Mientras una de nosotras llamaba a Telefónica para pedirles que comprobaran si había errores en la línea, otras nos pusimos a pensar de dónde provenía el error.
Evidentemente necesitábamos reiniciar el router donde se recibe la señal para todo el monasterio pero, para colmo, la priora estaba fuera. La llamamos y nos dijo que sin querer se había llevado la llave en el bolsillo... ¡¡imposible acceder!!
Pensamos en cortar la luz de todo el monasterio para que se reiniciara solo, pero caímos en la cuenta de que tiene un aparato que, cuando hay apagones, pone en marcha unas baterías para que no se apague... Nada...
Y los minutos iban pasando...
Intentamos coger señal de sitios cercanos, parador, algún hotel...pero con estos muros era imposible.
Cuando quedaban quince minutos para comenzar decidimos dejarlo, para que Lety puediera parar con el Señor y estar tranquila. Y junto con los organizadores pensaron como alternativa hacerlo por teléfono.
De manera que nosotras nos fuimos a vestir y, sinceramente, yo me sentía un poco frustrada porque por nuestra parte habíamos intentado hacer todo para solucionarlo, pero sin éxito. Por última vez miramos el ordenador cuando ya sólo quedaban cinco minutos y... ¿qué vimos? ¡Había señal!
Con gritos de alegría y de acción de gracias se terminó de colocar Lety y al momento empezó todo...
Y es que... ¡cómo es el Señor!, cuando Él quiere algo, nunca se contradice. Las cosas no suelen ser fáciles, pero Él hace que salgan. Ni siquiera necesitó nuestro esfuerzo, ni esa hora de quebraderos de cabeza, sino sólo que confiáramos.
Hoy el reto del Amor es que confíes, que mires eso que tienes que necesita salir, eso para lo que no encuentras la solución, o a esa persona a la que no sabes cómo ayudar... no sufras pensando cómo hacer; confía y busca por dónde va Él. Y Él lo hará, ¡para Cristo nada hay imposible!
Ah, y... ¿sabes? ¿Sabes que en cuanto se acabó la videoconferencia desapareció internet durante el resto del fin de semana?... Él lo lleva, y así todo es posible, ¡adelante!
VIVE DE CRISTO
Publicar un comentario
Click to see the code!
To insert emoticon you must added at least one space before the code.