EUTANASIA: SIGNO DE LA “CULTURA DEL DESCARTE” Y DE
DESCOMPOSICION MORAL DE UNA SOCIEDAD.
Por Carlos Álvarez
Cozzi
Hace unos días Alexander
Lucie-Smith, sacerdote, doctor en teología moral y miembro del consejo
editorial de The Catholic Herald en un artículo firmado por él nos contaba los
horrores actuales de la eutanasia en Bélgica.
Este país, junto con su
vecino Holanda, son los “campeones” de
la eutanasia. Han llegado al horror de preverla como un “derecho” también para
menores de edad que puedan expresar su voluntad, con independencia de la patria
potestad o tutela de sus representantes legales.
La eutanasia es la otra
punta del aborto. Es la actuación de algunos médicos, no para curar y salvar
vidas, que es para lo que ellos han jurado cuando se graduaron, sino por el
contrario, paradójicamente para acabar con una vida débil, sea por no haber
nacido, sea por estar gravemente enferma, y a veces, lastimosamente, ni
siquiera por eso!!!.
El citado autor, citando una fuente, escribía que “técnicamente,
la eutanasia sigue siendo un crimen en Bélgica la ley protege a los doctores de
ser enjuiciados si acatan a un criterio cuidadosamente establecido. Está
limitada a adultos y a “niños emancipados” que tienen sufrimientos
insoportables y son capaces de expresar consentimiento.
Pero los críticos dicen que la ley se interpreta tan
liberalmente que la eutanasia está disponible bajo demanda, con los doctores
poniendo inyecciones letales a los discapacitados, mentalmente enfermos y a los
dementes, también a pacientes que son enfermos terminales.
El año pasado, un artículo presentando en el altamente
respetado “Journal of Medical Ethics” [Revista de Ética Médica] informó
que la mayoría de los casos de eutanasia en Bélgica involucran pacientes que
son ilegalmente “puestos a morir” por los doctores sin ni siquiera su
consentimiento.”
El número de muertes por
eutanasia se ha elevado incrementalmente durante una década, desde 235 en 2003
hasta 1807 en 2013.
Estos hechos hablan por sí
solos. Pero la cosa va más allá asegura el autor citado. La eutanasia
normalmente se promociona como un acto voluntario – por eso la referencia a los
“niños emancipados”-. Todavía queda la pregunta si todos aquellos “puestos a
morir” por los doctores hicieron realmente una decisión informada. Esta es una
pregunta particularmente sutil cuando se trata de personas que tienen dañada su
capacidad mental.
Por eso el autor expresa
que este supuesto “derecho” por la presión de los médicos, termina siendo
aplicado como una “obligación”, naturalmente que funcional a las razones
económicas que los CTI tienen para no seguir “gastando” dinero en personas que
“se considera” su vida no es necesario salvar!!! Es decir, que ella acontece por
supuesto pedido del paciente o de un familiar, en caso que éste no esté consciente,
o como también se denuncia por “sugerencia” o presión de algunos médicos. O sea
que la eutanasia en Bélgica se está imponiendo indiscriminadamente, violando
claramente los derechos humanos de los pacientes. Nos preguntamos: quién se
puede arrogar el “derecho” supuesto a decidir quién debe vivir o quien debe
morir? Creemos que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tiene la palabra
para frenar esta práctica disparatada que tiene lugar en los Países Bajos!!!.
Para que se vea bien
gráficamente este problema, basta una anécdota que es comprobadamente real:
muchas personas en Holanda y Bélgica que deben sufrir una simple intervención,
por temor a que el médico “decida” porque o bien hubo un error médico durante
la operación o por otro motivo, van a atenderse en hospitales de Alemania o de
otros Estados cercanos donde saben que los médicos en lugar de buscar sacar de
adelante al paciente, ponen su ciencia por curarlo y buscar su recuperación, no
la fosa!!!.
El relativismo moral
nihilista puede hacer estragos y marca la decadencia moral de una sociedad,
donde al parecer la vida es descartable. Y vaya que los hace!!! Ya la vida y la
familia en todo el mundo lo están padeciendo!!!.

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