El académico de la Pontificia Universidad Lateranense estuvo de visita en el país sudamericano invitado por la organización Acción Familia, para exponer sobre la ideología de género y sus consecuencias.
En entrevista a ACI Prensa, Amato explicó que la teoría “gender”, sobre la que se basa la ideología de género, es la idea de que “uno no es hombre o mujer conforme a su estructura anatómica, biológica, física, sino que por cómo se siente. Esa sensación puede cambiar de día en día”.
“Esto es muy peligroso porque es un ataque a la realidad”, advirtió el abogado, “con la ideología de género lo que cuenta no es la evidencia objetiva sino la percepción de la realidad”.
En ese sentido, se refirió a la aprobación del avance del proyecto de ley en Chile que reconoce y protege la identidad de género, y que define “identidad de género” como “la vivencia interna individual del género tal como cada persona la siente, lo que podría corresponder o no al sexo asignado al momento del nacimiento”.
“Cabe preguntarse: ¿quién escribió y dónde se escribió? Esta definición que aprobó el Senado chileno es idéntica a un documento de la ONU”, señaló Amato.
“Lo interesante es que otras leyes aprobadas por países de América del Sur, como Argentina, Perú y Bolivia, tienen exactamente la misma definición de identidad de género. ¿Coincidencia? No. Aquí hay un proyecto de manipulación”, sentenció.
El abogado cuestionó la autonomía del parlamento chileno y aseguró que “un país que se hace escribir leyes por poderes extranjeros tiene un problema de soberanía”.
“No es un imperialismo económico, no es político, no es cultural, es ideológico”, advirtió.
Según Amato, “un parlamento debe legislar respondiendo a las exigencias de su pueblo y no las de un poder extranjero porque te da dinero. Si lo haces, estás haciendo como Judas, estás vendiendo a tu pueblo por 30 siglos de plata”.
Por lo tanto, continuó el académico, “un individuo sin identidad, confundido, frágil, indefenso, es una presa fácil del poder. Un individuo perfectamente manipulable y un perfecto consumidor”.
Frente a esto, el abogado subrayó la urgencia de “trabajar para que no nos roben la identidad”.
Afirmó que hoy se vive lo que el Papa Francisco define como una “dictadura del pensamiento único”, y en ella hay tres posibilidades de actuar: convivencia, complicidad o resistencia. Si optamos por la resistencia, entonces debemos tomar acciones”.
En primer lugar, “hay que informarse e informar, ya que existe mucha ignorancia y la gente tiene que abrir los ojos”.
“Es muy importante entender la gravedad del momento en que estamos viviendo, de lo contrario, lo único que cuenta es la diversión, el placer y las compras”, advirtió.
El académico recordó que “el continente latinoamericano tiene raíces muy profundas y religiosas. Como dijo San Juan Pablo II en 1982, ‘una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida’”.
“El pueblo latino tiene una dimensión de fe cultural, por eso puede ser el último baluarte contra esta dictadura del pensamiento único”.
Por otro lado, “tiene una idea muy fuerte de la familia que en Europa ya no se ve, y este es el principio de la esperanza”.
Aquí, “donde la familia no está destruida se puede empezar a reaccionar. Si las familias quieren luchar, entonces el pueblo puede ganar”, sostuvo.
Finalmente, señaló que el Parlamento es hoy “el lugar donde se decide la visión antropológica del hombre: cómo nace (procreación artificial), cómo muere (eutanasia), quién es (identidad de género), qué es la familia (‘matrimonio homosexual’)”.
Por lo tanto, “es ahí donde tenemos que defender culturalmente la posición antropológica, que no es solo la cristiana, sino que es la humana. Estamos defendiendo la razón humana. Por eso es muy importante involucrarse en la política”, observó.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 1 de diciembre de 2016
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