La fiesta de la Natividad de la Virgen se celebra en Oriente desde el siglo V y en Occidente fue introducida hacia el siglo VII.
En Roma, la fiesta se celebraba con una procesión en la que se recitaban las letanías a la Virgen y que concluía en la Basílica de Santa María la Mayor, la iglesia en la que ahora el Papa Francisco reza antes y después de cada uno de sus viajes internacionales ante el ícono de la Saus populi romani (Salud del pueblo romano).
Hay numerosas evidencias del profundo amor que los cristianos profesaban por María desde antiguo, y la importancia que se le ha dado a esta fiesta que actualmente celebra la Iglesia, conmemorando el nacimiento de la Madre de Dios.
“Tenemos razones muy válidas para honrar el nacimiento de la Madre de Dios, por medio de la cual todo el género humano ha sido restaurado y la tristeza de la primera madre, Eva, se ha transformado en gozo”, dijo San Juan Damasceno (675-749) en una bella homilía pronunciada un 8 de septiembre en la Basílica de Santa Ana en Jerusalén.
La fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María es el 8 de septiembre y aquí presentamos una novena en su honor:
Primer día de la Novena por la Natividad de la Santísima Virgen María Segundo día de la Novena por la Natividad de la Santísima Virgen María Tercer día de la Novena por la Natividad de la Santísima Virgen María Cuarto día de la Novena por la Natividad de la Santísima Virgen María Quinto día de la Novena por la Natividad de la Santísima Virgen María Sexto día de la Novena por la Natividad de la Santísima Virgen María Séptimo día de la Novena por la Natividad de la Santísima Virgen María Octavo día de la Novena por la Natividad de la Santísima Virgen María Noveno día de la Novena por la Natividad de la Santísima Virgen María
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