“Oremos con insistencia por la paz y el bien común”, expresaron los obispos en su exhortación, donde señalaron que los graves problemas económicos, de escasez y violencia, exigen el concurso de todos los ciudadanos y en especial de las autoridades, como el Ejecutivo encabezado por Nicolás Maduro y la nueva Asamblea Nacional (AN) liderada por la oposición.
Asimismo, pidieron que se respete la independencia de poderes, y por tanto advirtieron que el reciente enfrentamiento entre el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la AN poco contribuye a la solución de los problemas de la gente.
“Quiera Jesucristo, Señor de la historia, y así lo pedimos, que este año 2016, lleno de pronósticos preocupantes, nos ofrezca también la posibilidad, desde la convicción y la responsabilidad fundamentada en la virtud de la solidaridad y la capacidad de comprensión del otro, de ser verdaderos constructores de una Venezuela fraterna, acogedora, para superar todos los conflictos en paz, libertad y justicia”, expresó el Episcopado.
“Estemos vigilantes para exigir a la dirigencia política que esté a la altura de las urgencias del momento. Seamos ciudadanos activos y no meros espectadores, o sumisos seguidores de consignas huecas. Comportémonos como verdaderos creyentes, hijos del Padre de toda misericordia y hermanos de todos sin excepción. Oremos con insistencia por la paz y el bien común”.
Por ello, pidieron a los sacerdotes “que diariamente en la Misa reciten la ‘oración por Venezuela’”. “Que en estos sanos y justos propósitos nos bendiga Nuestra Señora de Coromoto, Patrona humilde y sencilla de nuestro pueblo”.
La oración es la siguiente:
ORACIÓN POR VENEZUELA
Jesucristo, Señor Nuestro,
acudimos a ti en esta hora de tantas necesidades
en nuestra patria.
Nos sentimos inquietos y esperanzados,
y pedimos la fortaleza como don precioso de tu Espíritu.
Anhelamos ser un pueblo identificado con el respeto a
la dignidad humana, la libertad, la justicia
y el compromiso por el bien común.
Como hijos de Dios,
danos la capacidad de construir la convivencia fraterna,
amando a todos sin excluir a nadie,
solidarizándonos con los pobres
y trabajando por la reconciliación y la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo y el encuentro,
para que juntos construyamos la civilización del amor
a través de una real participación y la solidaridad fraterna.
Tú convocas como nación y te decimos:
Aquí estamos Señor, junto a nuestra Madre, María de Coromoto,
para seguir el camino emprendido
y testimoniar la fe de un pueblo
que se une a una nueva esperanza.
Por eso todos juntos decimos: ¡Venezuela!
¡Vive y camina con Jesucristo, Señor de la historia!
Amén

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