El 27 de septiembre el STF realizó la votación de una petición presentada en agosto de este año que proponía que las clases de religión tuvieran un enfoque sobre la historia, las prácticas, las doctrinas y las dimensiones sociales de las diversas religiones, así como del ateísmo y del agnosticismo.
Por seis votos contra cinco, la instancia judicial decidió que las escuelas continúen ofreciendo una enseñanza religiosa confesional, interconfesional o no confesional.
Tras enterarse de los resultados, ese mismo día el diputado federal Flavio Augusto da Silva, más conocido como Flavinho, felicitó al STF por “su coraje de ir contra la corriente atea, marxista que ha crecido en nuestro país y que busca sacar de las bases de nuestro país a los valores morales y los valores cristianos”.
“El STF mantiene aquello que la Constitución, desde 1934, ya tenía muy en claro: nuestra enseñanza pública puede tener la enseñanza religiosa. Así hoy, de forma definitiva, el STF permitió que sigamos teniendo enseñanza religiosa conforme indica la Constitución Federal”, expresó el diputado.
La Constitución también otorga el derecho al alumno y a su familia de rechazar este curso sin que ello perjudique sus calificaciones ni su asistencia a la escuela.
Por su parte, el diputado estatal de Río de Janeiro, Márcio Pacheco, manifestó a través de una publicación en su página de Facebook que la decisión del tribunal “es una excelente noticia para los cristianos y religiones de otras matrices”.
“La Constitución ya prevé la enseñanza religiosa como una disciplina facultativa y los profesores tienen la libertad de propagar valores de fe en sus salones de clase. Ese es el mejor camino: la enseñanza religiosa facultativa, pero confesional; contenido programático predefinido, además del respeto a la pluralidad religiosa”, destacó.
Pacheco precisó que "la sociedad es plural" y, en ese sentido, "cabe Dios, cabe lo trascendente y la religión, así como el derecho de no ejercerla". Sin embargo, subrayó, "si la persona cree, no se le puede cercenar el acceso a los valores de las creencias, ya sea en el banco de la iglesia o en el de la escuela".
Al respecto, Grace Mendonça, la Abogada General de la Unión de Brasil, afirmó que “el estado es laico, pero esa laicidad no significa que le dé la espalda a la fe ni a la relación del hombre con Dios. El estado no estableció una relación de enemistad con la fe”.
Aclaró que “la educación religiosa es ofrecida por el Estado, pero no es impuesta. El Estado no puede forzar a creen en ninguna religión. Pero tiene el deber de ofrecer un ambiente favorable para que la libertad de la creencia religiosa se desenvuelva en un ambiente sano”.
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en ACI Digital.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 19 de septiembre de 2017
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