(InfoCatólica) El obispo de San Sebastián, Mons. Ignacio Munilla ha pedido públicamente una amonestación para el sacerdote Jesuita James Martin, nombrado recientemente por el Papa Francisco como asesor de la Secretaría de Comunicaciones de la Santa Sede, por enseñar que los miembros del colectivo LGTBI «no están llamados a la castidad».
Las declaraciones y enseñanzas del jesuita James Martin han causado rechazo de parte de numeros líderes de la Iglesia católica, por entender que los mandamientos de Dios no aplican a los homosexuales.
El que tiene problemas con la pureza no se suele llevar bien con el sexto mandamiento
Ante esta postura, claramente contradictoria con la enseñanza católica, el obispo de san Sebastian ha respondido que «el que tiene problemas de pureza no se suele llevar bien con el sexto mandamiento».
La desautorización de la enseñanza del sacerdote jesuita se realizó durante el programa de Radio María "Sexto Continente", de Mons. Munilla. Durante el programa del pasado lunes, una oyente del programa aseguró:
«En medios religiosos salía la noticia de un jesuita que no es nuevo en la polémica, porque lleva tiempo siendo defensor de la causa del lobby homosexual. Este jesuita se llama James Martin, vive en Nueva York. La noticia que esta semana salía era que sostiene que los católicos LGTB no están obligados a practicar la castidad».
Y sobre las palabras de Martin, Munilla señala la doctrina católica:
«Obviamente la respuesta correcta la oyente ya la ha dado: Hay que decir que esa postura, tomada por el jesuita, es una infidelidad al magisterio de la Iglesia, segundo demuestra desconfianza en la gracia de Cristo y en tercer lugar es una falta de respeto hacia los propios homosexuales. ¿qué pasa» ¿Acaso son seres inferiores que no están llamados y no tienen la capacidad de vivir el Evangelio de Jesucristo?
Se basa en un argumento absurdo, diciendo que una doctrina no se convierte en tal hasta que no es aceptada por los fieles, y pone por ejemplo la doctrina de la Asunción de María a los cielos que cuando fue plenamente aceptada por los fieles es cuando la Iglesia proclama el dogma, y eso lo aplica al tema moral. Es absurdo. ¡Pero qué barbaridad!
Por este principio tan absurdo no se podría predicar ningún mandamiento. Los mandamientos de la Ley de Dios, suele ocurrir que a cada uno le molesta aquel que no cumple. Al que tiene un apego al dinero le suele molestar el séptimo mandamiento, el que tiene su corazón lleno de odios y rencores, el quinto mandamiento no le resulta simpática, y el que está siempre criticando y hablando mal de los demás no se suele llevar bien con el octavo mandamiento, y el que tiene problemas de pureza con el Sexto. Es decir, que es absurdo este planteamiento».
Necesita ser amonestado
Y continúa diciendo Munilla:
«Hay que decir que este jesuita ya ha recibido contestaciones bastante firmes, por ejemplo del arzobispo de Filadelfia, quien recientemente escribió una columna criticando la postura de este jesuita, y habló de las cartas de San Pablo, en las que claramente se refleja la inmoralidad de los actos homosexuales.
Ya sé que para muchos es un disgusto oír cosas así, también la Iglesia tiene que aplicar sus principios de disciplina interna, porque los ministros de Dios no están para predicar sus ideas o ideologías personales, y cuando hacen un uso abusivo de la cátedra que la Iglesia le ha confiado y sustituye la predicación del mensaje de la Iglesia por sus ideologías personales, obviamente tendrá que ser amonestado y llamado a la disciplina de la Iglesia. Oremos por ello».
Con información de InfoVaticana.
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