Un diferendo con los CDC ha causado la demora de la apertura de las iglesia –y de otras actividades– en Estados Unidos. Funcionarios de la Casa Blanca han revisado las directrices que estos centros habían dispuesto para la reapertura de templos y han propuesto que éstas sean menos restrictivas.
La reapertura: pronto
Las iglesias de Estados Unidos –la Iglesia católica entre ellas—han estado buscando diferentes formas de reabrir al culto con la idea de ofrecer una asistencia espiritual al país con mayor número de contagios por coronavirus del mundo.
El propio presidente Donald Trump dijo ayer viernes, en un acto realizado en el Estado de Michigan, que los CDC “lanzarán algo muy pronto”. Y agregó: “Vamos a abrir nuestras iglesias (…) Son muy importantes para la psique de nuestro país”.
Las medidas aprobadas por la Casa Blanca para la reapertura de los lugares de culto incluyen, entre otras recomendaciones, usar guantes mientras distribuyen la Sagrada Comunión, el distanciamiento social y la celebración de servicios virtuales, sí, pero solamente como último recurso.
¿Es más importante un restaurante?
La presión por parte de los ministros de culto tiene que ver con un hecho que se ha repetido en otros países en los que para la desescalada del confinamiento, los CDC esbozaron la hoja de ruta para la reapertura de instalaciones de cuidado infantil, restaurantes, campamentos de verano y organizaciones deportivas juveniles, pero dejaron a iglesias, mezquitas y sinagogas con pocas opciones diferentes a los servicios virtuales.
En medio de un ajetreado clima político-electoral, el presidente Trump acusó a los gobernadores emanados del Partido Demócrata de tratar a las iglesias de una “manera diferente”. El mandatario expresó su deseo de “abrir nuestras iglesias” y afirmó que la Casa Blanca tomará “una posición muy fuerte sobre eso muy pronto”.
En lo que ha trascendido sobre el borrador de la Casa Blanca se sabe que el gobierno estadounidense pedirá a los líderes religiosos que las iglesias, mezquitas y sinagogas cuenten con los recursos económicos necesarios y suficientes para poder desinfectar a profundidad los espacios de culto.
Además, deben tener muy en claro las directrices de las ciudades, condados o regiones donde se encuentren, dado que las autoridades estarán monitoreando la tasa de infecciones, y si ésta va al alza, deberán volver a las restricciones establecidas antes del relajamiento.
El debate en medio de la crisis
Las pautas de los CDC sobre la reapertura del país han chocado en las últimas semanas con el deseo de la administración que encabeza Donald Trump de reactivar la economía y la vida normal de los estadounidenses lo más pronto posible. El debate sobre los lugares de culto ha formado parte esencial de este diferendo.
Estados Unidos ha rebasado el millón y medio de personas infectadas por el COVID-19 y se acerca muy rápidamente a los cien mil muertos por la pandemia.
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