Su nombre era Dimpna (también a veces llamada Difna) y era hija de una mujer cristiana y un rey pagano. Ella se inclinó por la religión de su madre, se consagró a Jesús e hizo voto de castidad a los 14 años. Todo marchaba bien hasta que su mamá falleció a los meses siguientes.
Su padre enloqueció de dolor y le aconsejaron que se consiguiera otra esposa. Pero nadie era tan perfecta como su antigua mujer… excepto alguien, su propia hija Dimpna, que se parecía muchísimo a ella.
Entonces Dimpna, negada a cumplir tal atrocidad, huyó con su confesor y dos de sus servidores de confianza. Se estableció en un bosque cerca de la ciudad de Geel (Bélgica), donde vivieron como ermitaños y ayudando a los necesitados.
Pero justamente cuando comenzó a usar las monedas que se había llevado para su mantenimiento y ayudar a los pobres, su padre pudo rastrearla.
El rey pensó que, asesinando a su confesor, podría convencerla. Pero Dimpna, con tan sólo 15 años, se mantuvo firme en su posición y entonces su propio padre le cortó la cabeza.
Los habitantes de Geel colocaron sus restos y los de su confesor en una cueva. Siglos después, cuenta una leyenda, cinco “lunáticos” pasaron una noche muy cerca de allí y amanecieron curados.
El sarcófago de Dimpna y su confesor fueron encontrados y los milagros continuaron, por lo que más y más personas con todo tipo de trastorno mental comenzaron a peregrinar allí.
Fue canonizada en el año 620 y sus restos fueron colocados en un relicario de plata y trasladados a la iglesia de Geel, dedicada a ella.
Al lado, también construyeron una institución mental que todavía se encuentra en funcionamiento. Allí veneran sus reliquias pidiendo su intervención por aquellos que sufren de algún problema de salud mental.
Las peregrinaciones eran tan masivas antiguamente, que los pobladores de Geel recibían en sus propias casas a los enfermos mentales de otras tierras.
Esta tradición continúa hoy en día y por eso esta ciudad belga se ha convertido en un verdadero ejemplo de cómo incluir socialmente y apoyar a los enfermos mentales.
En este confinamiento, donde la incertidumbre, los nervios por nuestros seres queridos, las preocupaciones económicas, las angustias y el miedo ante lo desconocido nos pueden llegar a afectar a tal punto de manifestarse en insomnio o ataques de ansiedad, no dudes en rezarle esta oración a santa Dimpna.
Y si consideras que el problema se está tornando muy serio, no dudes en solicitar también asistencia médica profesional.
Oración
Señor,
Dios nuestro,
amablemente adoptaste a santa Difna
como patrona de aquellos afligidos
con desórdenes mentales y nerviosos.
Ella es fuente de inspiración
y símbolo del amor para todos quienes piden su intercesión.
Por favor concede, Señor,
a través de las oraciones de esta pura y joven mártir,
alivio y consuelo a todos los que sufren tales pruebas,
y en especial a aquellos por los que nosotros oramos
(aquí se mencionan los nombres de aquellos por los que usted desea orar).
Nosotros te suplicamos, Señor,
que oigas las oraciones que santa Difna presenta en nuestro nombre.
Concede a todos aquellos,
por los que nosotros oramos,
paciencia en sus sufrimientos
y resignación ante tu voluntad.
Por favor llénalos de esperanza,
y concédeles el alivio y cura que tanto desean.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor
que sufrió la agonía en Getsemaní.
Amén.
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