1300 kilómetros en 19 horas para llevar a una niña al hospital

Alessandro Bellantoni es taxista en Roma y, desde el 2 de junio, Caballero de la República, un honor que le concedió el presidente de Italia, Sergio Mattarella, por su generosidad durante la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus que tanto daño ha provocado en su país.

«Me ofrecí a echar una mano»

Alessandro Bellantoni trabaja como taxista en Roma desde hace 15 años. Durante la fase 1 de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus se ofreció a estar en primera línea para apoyar a las personas en dificultad, en particular a las familias con hijos discapacitados.

Sin darse cuenta saltó a los titulares por el «viaje» que hizo de Roma a Vibo Marina para acompañar al Hospital Pediátrico Bambin Gesù a una pequeña de tres años que debía hacer su control oncológico.

Cuenta cómo nació su gesto:

Sabía que había una niña que necesitaba hacerse un control en el Bambino Gesù. Y la visita era muy importante porque la niña, que ahora tiene más de 3 años, tuvo que someterse a ciclos de quimioterapia en el pasado. Conozco a la familia que, como yo, también tiene otro hijo con discapacidad. Solo que, en este momento, esa pareja está atravesando un momento difícil y por eso me ofrecí a echar una mano. (romatoday.it)

Cuando la policía descubrió por qué viajaba, me pagó el café

Le pidió a su cooperativa que lo ayudara a recolectar todos los certificados médicos y autorizaciones necesarias, para hacer el viaje respetando plenamente las estrictas reglas de viaje impuestas durante ese período. Agrega que lo detuvieron un par de veces en los restaurantes de la carretera:

Durante el viaje de ida, a la altura de Cosenza, me detuve para tomar un café. Los agentes de la policía de tránsito, con curiosidad, me pidieron explicaciones. Les expliqué y tengo que decir que fueron tan amables que me pagaron el café. (Ibidem)

La visita de la pequeña fue bien

Alessandro salió de Roma el 28 de abril aproximadamente a las 13 horas. Llegó a Vibo Marina a las 20 horas. Cenó y durmió una hora y retomó el viaje para acompañar a la pequeña y a su mamá al Bambino Gesù de Roma, donde llegó a las 7:30 horas. 1300 kilómetros en aproximadamente 19 horas. Pero, ¿quién pagó los gastos del viaje?

Yo no quería nada, pero la familia de la niña insistió en pagarme un tanque de gasolina. De todos modos lo verdaderamente importante es que la visita fue bien. La pequeña es realmente fuerte y el control dio los resultados que los padres esperaban. (romatoday.it)

“Taxi con una sonrisa”

No fue la única iniciativa de solidaridad a cargo de Alessandro. De hecho, propuso a su cooperativa ponerse a disposición para viajes solidarios en beneficio de personas con discapacidades intelectuales pues son quienes han vivido de manera particularmente difícil el confinamiento. De ahí nació la iniciativa del «taxi con una sonrisa», y ¿cómo fue?

Bien, personalmente lo he hecho en tres ocasiones distintas. Se trata de viajes de media hora, cuarenta minutos. Un tiempo suficiente para devolver la sonrisa a personas que, más que nadie, han sido afectadas por la cuarentena impuesta por el coronavirus. Y se que también otros colegas taxistas se sumaron. (Ibidem)

Gestos excepcionales que en momentos tan difíciles dan testimonio de la gran solidaridad que algunas personas generosas han sabido expresar, devolviendo la sonrisa a quienes estaban particularmente en desventaja y sufrían.

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