Enseñanzas del Papa que pueden ayudarte si sufres cáncer de mama

Hoy es el Día Mundial del Cáncer de Mama, y según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 30 segundos en algún lugar del mundo se diagnostica un cáncer de mama. Este tipo de de enfermedad ocupa el segundo lugar a nivel mundial en el top 5 de cánceres más frecuentes.

El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre la población femenina causante del 14% de las muertes anuales.  Es importante no solo recordar este día, sino también tomar consciencia sobre esta terrible enfermedad, y reconocer nuestra fragilidad frente a ella.

El Papa Francisco en el octavo capítulo de su Exhortación Amoris laetitia, resalta tres verbos para saber cómo actuar ante esa fragilidad humana: “Acompañar, discernir e integrar”. Estas tres actitudes nos permiten encaminar nuestra vida cristiana y más aún cuando se sufre una enfermedad como el cáncer.

  1. Acompañar. El cáncer es una enfermedad en la que necesitamos especialmente sentirnos arropados. El acompañamiento es crucial para animarnos, ayudarnos y cuidarnos. 
  2. El discernir nos invita a escuchar, a estar atentos a nuestra salud, a cómo nos sentimos y actuar responsablemente. Necesitamos pues tiempo para realizar los controles prescritos por los médicos.
  3. Integrar a quienes sufren por cualquier causa, también por una enfermedad, es crucial para la construcción de una sociedad más justa y compasiva.

Y es que quien acompaña y discierne tiene siempre presente el corazón misericordioso y compasivo de Jesucristo, percibe como propio el dolor del otro y ayuda en su integración en la vida cotidiana.

Por otra parte, Francisco, el día de la histórica oración ante la cruz por el fin del coronavirus (27 de marzo) y solo en la Plaza de San Pedro, aseguró:

“Estamos viviendo un tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es».

Esta reflexión del Santo Padre también nos invita a valorar nuestro estilo de vida, tal vez demasiado agitado como para dedicar tiempo a lo importante: a cuidarnos; a cuidar de nuestros y a escuchar a Dios para reorientar aquellos aspectos de nuestra vida en los que necesitamos mejorar. 

Detección precoz y prevención

Esta visión puede animarnos a realizar los chequeos médicos necesarios para así prevenir o detectar enfermedades  en una fase inicial. Y es que el cáncer de mama detectado al inicio, disminuye un 25% la probabilidad de muerte. Una mamografía anual es la mejor herramienta que tienen los médicos para detectar el cáncer de mama en mujeres sanas. También ayuda que la mujer realice con asiduidad  un autoexamen de las mamas para así acudir al médico en el caso en el que detecte algún cambio físico relevante. 

El cuidado físico también previene esta enfermedad. De ahí la insistencia de los expertos en cuidar la alimentación, realizar alguna actividad física y desarrollar un estilo de vida saludable. Y es que, al parecer, el 21% de todas las muertes por cáncer de mama en el mundo, está asociado al sobrepeso, a la obesidad, al sedentarismo y  al consumo de alcohol. Enumeremos estos consejos.

  1. El amamantamiento. Amamantar brinda enormes beneficios a la madre, también la prevención del cáncer de mama. Lo ideal es poder alimentar al bebé con lactancia materna exclusiva durante sus 6 primeros meses de vida.
  2. Mantener un peso saludable. Estudios recientes han demostrado que las mujeres posmenopáusicas con sobrepeso u obesidad tienen mayor riesgo de padecer cáncer de mama, si es así es necesario realizar un cambio de hábitos alimentarios para lograr un peso saludable. Consulta con licenciados en nutrición para que te guíen en el proceso.
  3. Practicar alguna actividad física de forma regular puede proteger a las mujeres del cáncer de mama ayudándolas a mantener un peso corporal saludable, disminuyendo los niveles hormonales o provocando cambios en el metabolismo o los factores inmunológicos de la mujer. Lo recomendable es por lo menos entre 30 y 60 minutos por día con una intensidad de moderada.
  4. Menos carnes rojas, su alto consumo es un factor de riesgo para el cáncer de mama así como también para otros tipos de cáncer. La recomendación es disminuir el consumo de carnes rojas a menos de 500 gramos por semana.
  5. Limitar el consumo de bebidas alcohólicas. La investigación actual sugiere que consumir más de 1 o 2 bebidas alcohólicas por día aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, y también el riesgo de que el cáncer reaparezca después del tratamiento.
  6. Aumentar el consumo de frutos y vegetales a diario. Lo ideal es consumir durante el día al menos 5 porciones. Variar lo colores para obtener todos los agentes anti carcinógenos (carotenoides, licopenos, flavonoides, lignanos, vitaminas y minerales). Consumirlos tanto en forma cocida como cruda con la correcta limpieza y desinfección.
  7. Menos azúcares. Limita el consumo de alimentos ricos en azúcares, como ser tortas, alfajores, golosinas, masitas, productos de repostería en general.
  8. Menos sodio. Limita el consumo de Sodio (sal) y alimentos que lo contengan, como embutidos, fiambres, enlatados, panificados con sal, snacks, entre otros.
  9. Menos grasas. Disminuye el consumo de grasas, consuma lácteos descremados, carnes magras, utilizar aceites para aderezar las comidas. Evite las frituras. Elija grasas de buena calidad nutricional.
  10. Evitar los alimentos ultraprocesados. Optar por alimentos naturales.

Por último, más allá de estas recomendaciones puntuales, un mensaje de aliento para quienes tienen que convivir con esta enfermedad transmitido en varias ocasiones por el papa Francisco: no hay dificultad en la vida que no se pueda vencer. Sabemos que el camino es difícil, pero que en la lucha no están solos. 

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