LA DECLARACION O CONSENSO DE GINEBRA SOBRE LA INEXISTENCIA DEL DERECHO
INTERNACIONAL AL ABORTO, LAS NACIONES UNIDAS Y LOS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Por Carlos Alvarez Cozzi
Luego de soportar por años que a nivel de Naciones Unidas y otros organismos
internacionales se pretenda naturalizar como un “derecho humano”, en verdad
inexistente, desde la perspectiva de género de los “derechos sexuales y
reproductivos” de la mujer, el derecho al aborto, al impulso del gobierno de
los Estados Unidos de América, presidido por Donald Trump, y acompañado por
otros treinta y dos Estados, entre los cuales destacamos a Brasil, Hungría,
entre otros, el pasado 22 de octubre, se produjo la Declaración de Ginebra que
apunta justamente en sentido contrario al anteriormente manifestado.
En efecto, en noticia que no ha sido muy difundida, treinta y tres
países firmaron la Declaración de
Ginebra (https://www.hhs.gov/about/agencies/oga/global-health-diplomacy/protecting-life-global-health-policy/geneva-declaration.html) el pasado jueves,
22 de octubre, que afirma que no existe un “derecho humano internacional al
aborto”. Asimismo argumenta que “el papel de la familia como fundamento de la
sociedad”.
La Declaración pretende ser una reprimenda del apoyo de las Naciones
Unidas a los “derechos sexuales y reproductivos”, lenguaje que, según Estados
Unidos, que ha firmado el texto, respalda el aborto.
“Declaramos inequívocamente que no existe el derecho internacional al
aborto. Con orgullo, pondremos la salud de la mujer en primer lugar en cada
etapa de la vida”, afirmó el secretario de Salud y Servicios Humanos de
Estado Unidos, Alex Azar, en la ceremonia de firma de la declaración el jueves.
“Afirmamos que los
gobiernos tienen el derecho soberano de hacer sus propias leyes para proteger
la vida de inocentes y redactar sus regulaciones sobre el aborto”, dijo Azar.
“La Declaración de
Consenso de Ginebra es un documento histórico, que establece claramente nuestra
posición como naciones sobre la salud de las mujeres, la familia, el honor a la
vida y la defensa de la soberanía nacional”.
Azar señaló que, en parte, la declaración fue
redactada en respuesta a una “tendencia inquietante” de las Naciones Unidas.
“Cada vez con mayor frecuencia, algunas naciones ricas y agencias de la
ONU afirman erróneamente que el aborto es un derecho humano universal”, dijo al
respecto.
Bajo la administración Trump, el Departamento de Salud y Servicios
Humanos y el Departamento de Estado ha presionado para eliminar ese lenguaje de
los documentos de la ONU.
La ONU ha rechazado esos esfuerzos, lo que llevó a Estados Unidos a
lanzar una coalición de 33 países que firmaron la declaración, incluidos los
cinco que la copatrocinaron: Brasil, Egipto, Hungría, Indonesia y Uganda.
La administración Trump ha tomado varias
medidas para limitar el acceso al aborto en los Estados Unidos y en el
extranjero, incluida la prohibición de que las organizaciones extranjeras y
nacionales reciban fondos estadounidenses si brindan o promueven abortos.
Lo que realmente resulta paradójico y
demuestra como a nivel de Naciones Unidas se manipula lo que debería ser
inequívoco, en un caso claro de intento de colonialismo cultural, es que la
propia Declaración Universal de Derechos Humanos (https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/), fundante de las Naciones Unidas preceptúa en su “ Artículo 3.
Todo individuo tiene derecho a la
vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.”
Y en
el mismo sentido, pero a nivel interamericano, rige el art. 4 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, que dispone lo siguiente:
“ Artículo 4. Derecho a la Vida
1.
Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este
derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la
concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.” (https://www.impo.com.uy/bases/leyes-internacional/15737-1985)
Por todo lo cual es evidente que no existe un “derecho humano” a
abortar por parte de la mujer, y menos reconocido por el Derecho Internacional,
que precisamente, en sentido contrario, reconoce el “derecho humano” del
concebido a desarrollarse, crecer y nacer con la protección del Derecho del
Estado, derivado del estatuto jurídico del embrión.
Una buena noticia a difundir, pues.
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