Este verano he estado unos días en Mallorca y he aprovechado para llegarme a Petra, el pueblo natal de Fray Junípero Serra, el famoso predicador de la isla, profesor de la Universidad Luliana y apóstol de las Californias. En 1749, a los 34 años, decidió ir a las misiones en América y ni los halagos de la gente, ni las promesas de cargos, ni la pena a sus padres, ni la peligrosidad de la nueva vida lo hicieron desistir. Hizo el último sermón en el Santuario de Bonany. En Petra, los petrers dicen -en broma- que de Fray Junípero sólo saben que nació y que se marchó. Si bien hace un tiempo quizá era así, desde hace años el pueblo está volcado con Fray Junípero y no digamos ahora con el anuncio de su canonización: todo Petra respira Fray Junípero.
La canonización de Fray Junípero
La historia del continente americano, después del descubrimiento de Colón y de las posteriores colonizaciones por parte de las naciones europeas y la cristianización que se llevó a cabo, no siempre ha sido clara. Ha habido versiones para todos los gustos, defensores y detractores de todo lo que se hizo. Pero la historia debe ser objetiva y no podemos juzgar los hechos de hace doscientos cincuenta años con la mentalidad de hoy, no para poder justificar cualquier cosa, sino para ser objetivos a la hora de emitir un juicio y conocer, de verdad, lo que pasó y lo que no pasó.
La figura de Fray Junípero Serra no es muy conocida entre nosotros pero sí lo es en California (EE.UU.) que lo consideran un personaje ilustre. Es un franciscano mallorquín del sXVIII que fue a misionar a Nueva España (el actual Estado de México) y terminó predicando en la Baja y la Alta California, donde fundó 9 misiones -de las cuales algunas originaron ciudades como San Diego, Los Ángeles (San Gabriel), Santa Bárbara, Monterrey (San Carlos o Carmelo) y San Francisco (Los Dolores) - y que el Papa Francisco canonizará el próximo mes de septiembre, en Washington, por lo que se conoce como una "canonización equivalente ", es decir, sin necesidad de un nuevo milagro y debido a la probada veneración popular. Tampoco esta decisión está libre de polémica. ¿Qué hizo Fray Junípero para merecer ser canonizado? El mismo Papa Francisco lo ha explicado: “He decidido canonizar a aquellos que hicieron una gran labor de evangelización y que recogen el espíritu evangelizador de la Evangelium Gaudium”.
Beato Fray Junípero
Fray Junípero llevó siempre una vida muy penitente. Vestido con el sayal franciscano, calzado con sandalias, sometido, como sus hermanos religiosos, una dieta sumamente austera -exigida, por otra parte, por las duras condiciones del lugar-, con la salud casi siempre mala, arrastrando la pierna enferma por caminos interminables, aplicando cilicios y disciplinas, se abrazó toda su vida a Cristo crucificado.
Fray Junípero estuvo enfermo toda su vida, pero siempre prestó a su salud una atención mínima, la suficiente para continuar sirviendo a Cristo en sus hermanos. Con setenta años, estaba tan agotado por el asma, el dolor intenso en el pecho y la hinchazón de la pierna llagada, que apenas podía con él mismo.
Fray Junípero era un hombre dinámico, organizador, tenaz, hábil negociador con las autoridades en medio de fuertes tensiones... Padeció sus mayores sufrimientos provenientes del ardor de su celo apostólico, al tener que soportar, en su trabajo misionero de promoción social, humana y espiritual entre los indios, las interminables dificultades, estúpidamente creadas por una autoridad civil y militar envuelta con la masonería y pretendidamente liberal y progresista.
Fray Junípero, el día de su muerte, dijo que si llegaba al Cielo pediría mucho por los religiosos y los indios que dejaba en las misiones. En la tarde del 28 de agosto de 1784, a los setenta y uno años de edad, después de cincuenta y cuatro de franciscano y treinta y cinco de misionero, de haber fundado nueve misiones, bautizado 7.000 indios, viajado 9.000 km, la mayoría a pie, dijo: “Y ahora, vamos a descansar”, se retiró a su celda y así se durmió en el Señor. Estaba en la misión de San Carlos (hoy Monterrey) y allí fue enterrado.
En 1934 se inició su proceso de beatificación. El 25 de septiembre de 1988 fue beatificado por Juan Pablo II, que alabó los esfuerzos de Fray Junípero para proteger a los indios de la explotación de los colonizadores y recordó el escrito Representación de Serra en 1773 -la Carta de Derechos de los indios- a favor de los indios californianos. También dijo que él y los misioneros compartían la creencia de que el Evangelio es un asunto de vida y de salvación y al ofrecer Jesucristo a la gente estaban haciendo algo de un valor, de una importancia y de una dignidad inmensa y que esta convicción los sostenía ante cualquier vicisitud, desánimo y oposición.
Fray Junípero estudiante y profesor
Miquel Josep Serra Ferrer nació en Petra (Mallorca) en 1713 y murió en San Carlos (hoy Monterrey, USA) en 1784, a los 71 años. De pequeño aprende las tareas del campo (que tan bien le irán cuando llegue a tierras americanas) y va a la escuela en el convento de San Bernardino de Petra. A los 16 años va a estudiar en Palma, como novicio, en el convento de Jesús y el de San Francisco. A los dieciocho años profesó de religioso franciscano y se cambió el nombre por el de Ginebró (Juniperus, en latín) y los 24 se ordenó de sacerdote. Escogió este nombre para imitar el humilde y querido compañero de San Francisco, Junípero de Assis, al que llamaban el juglar de Dios, de quien el santo de Asís decía: ¡Ojalá tuviera un bosque de Juníperos!, y a quien Santa Clara quiso a su lado cuando se acercaba su muerte.
Fray Junípero empezó a enseñar Filosofía en el convento de San Francisco, en Palma y predicar por toda la isla y lo hacía de una manera y con unos esquemas tan sencillos que llegaba a todos. Continuó los estudios de teología, en la Universidad Luliana, donde se doctoró en 1742, y en regentó la cátedra de Teología Escotística del 1744 al 1,749.
Fray Junípero era un fraile ilustre, docto, con mucha formación y fama por toda la isla, reconocido por sus sermones y clases. De su enseñanza filosófica en el convento de San Francisco, se conserva una colección de sermones del 1744 en catalán dialectal, Compendium scoticum, que permaneció inédito hasta hace poco. Sus sermones de predicación están editados en un libro en 4 tomos.
El legado de Fray Junípero
En Petra (Mallorca)
En el centro del pueblo está la Plaza de Fray Junípero con una estatua dedicada al beato; en la Placeta del Convent hay un monolito con cerámicas; una calle con el nombre de calle de Junípero Serra; una calle con el nombre de la calle de California; una calle con cerámicas que reproducen cada una de las misiones, y el santuario de Bonany hay una cruz que recuerda el despido de Fray Junípero del pueblo.
Museo – Está en el mismo convento y está dedicado a exponer objetos de culto ya recordar las misiones californianas del beato Junípero
La casa natal - Restaurada en 1932. Hoy es un museo dedicado a su figura y obra y propiedad de la Fundación Junípero Serra.
Asociación de Amigos de Fray Junípero - Existe desde 1958
Museo y Centro de Estudios Junípero Serra - Construido, de nueva planta, en 1958 por la Asociación de Amigos de Fray Junípero.
Fundación Junípero Serra - Creada en 2002 por el Ayuntamiento de Petra, Rotary Club, Asociación de Amigos de Fray Junípero Serra, Sección Juniperiana del Círculo de Bellas Artes de Palma, Comunidad Franciscana de Petra y la Parroquia de San Pedro de Petra.
En California (EE.UU.)
California considera a Fray Junípero un "padre de la patria", el California’s Apostle. San Francisco lo declaró "ciudadano honorario", y en el Hall of Fame la galería del Capitolio de Washington donde están las estatuas de personajes ilustres -aquellos que han sido importantes en la corta historia de los Estados Unidos, que representan los diferentes estados de la Nación, y que cada estado sólo puede proponer dos nombres-, en 1931 el estado de California eligió Fray Junípero para que le representara y su estatua se encuentra en el pasillo central. Es el único personaje de la galería que no es norteamericano.
A principios del sXX la California de los Estados Unidos arregló el Camino Real, el legendario recorrido de casi 1.000 km que enlazaba el rosario de las veintiuna misiones de la Alta California fundadas por los franciscanos -las nueve primeras fundadas por Fray Junípero- y que va desde San Diego de Alcalá hasta San Francisco Solano, en Sonoma. Se restauró cada una de las misiones, lo han convertido en un lugar de peregrinaje y en algunas misiones aún mantienen servicios religiosos.
La bibliografía más extensa sobre Fray Junípero está en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. La mejor biografía es la escrita por el Padre Francisco Palou Relación histórica de la vida y apostólicas Tareas del venerable Fray Junípero Serra, y de las misiones que fundó en California Septentrional, y nuevos establecimientos en Monterrey. Francisco Palou. México, 1787. [The Life of Father Junipero Serra. Rare Book and Special Collections División. Biblioteca del Congreso].
En México
En México, donde dedicaría la mayor parte de su misión de ayuda a los pueblos indígenas, hay pocos testigos visibles de su memoria. Hay una estatua suya, junto con otros, en la Plaza de los Fundadores, en Querétaro y otra estatua erigida por el Club Sierra, a un jardín, a la nueva basílica de Guadalupe. También se editó un libro en 1943: Fr. Junipero Serra. Civilizador de las Californias.
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