En un mensaje difundido por la agencia AICA, Mons. José María Arancedo indicó que “uno de los males de nuestra sociedad es la devaluación de la palabra, que nos impide crear lazos estables y generar confianza”, y aseguró que “estamos hablando del flagelo de la mentira”.
“¡Qué triste cuando un chico crece en un hogar donde los padres mienten!”, lamentó y señaló que “cuando los padres solo piensan en las cosas exteriores y materiales, y no en los valores del espíritu, de la verdad, el bien y la solidaridad que son como el ‘humus’ en el que crece una vida auténtica”.
Mons. Arancedo explicó que “la relación entre la palabra que decimos y el espíritu que nos mueve es signo de coherencia. La distancia entre la palabra y la vida es el comienzo de un camino de dualidad que nos empobrece moralmente y nos quita credibilidad social”.
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