Monseñor Manuel Sánchez Monge
El obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, ha opinado hoy que a la Iglesia Católica y al Cristianismo se les “quiere erradicar de la vida pública”, aunque ha añadido que en comparación con otros países, en España “no ha llegado la sangre al río”.
En una rueda de prensa para presentar el acto que se celebra este sábado de beatificación de 18 monjes que residieron en un monasterio de Cantabria, Sánchez Monge ha insistido en que existe la corriente del laicismo que quiere “erradicar” a la Iglesia, mientras que “hablar de musulmanes es hablar de alguien a quien hay que respetar”.
Y ha añadido que no sabe si eso ocurre “por convencimiento o por miedo, porque los musulmanes a veces toman medidas distintas de las que tomamos los cristianos”.
“Se puede replantear tradiciones del paganismo y son aplaudidas, pero en cambio a la Iglesia católica y al Cristianismo se les quiere erradicar de la vida publica. No quiere decir que se haga siempre con métodos violentos, ni mucho menos, a veces se hace con métodos mucho más sofisticados”, ha opinado el obispo de Santander.
Sánchez Monge considera que “no es bien recibido” que los cristianos proclamen “verdades” de su fe como “perdonar a los enemigos, que existe una vida eterna, que no se puede caer en el odio ni la venganza, y que hay que ceder de los propios derechos en determinados momentos por causa de la paz”, aunque ha considerado que hay que acostumbrarse a vivir la fe “en un ambiente como ese”.
Porque ha reiterado que “comparado con lo que hay en otros países, lo nuestro no ha llegado la sangre al río”.
Acompañado por Francisco Rafael Pascual, monje cisterciense de Cóbreces (Alfoz de Lloredo), donde residían los monjes que serán beatificados, el obispo de Santander ha asegurado que celebrar este tipo de eventos es un “acontecimiento extraordinario”, ya que ha considerado que “enriquecen el patrimonio universal de la Iglesia y de la humanidad”.
El obispo ha asegurado que los 16 monjes y las dos monjas mártires fueron fieles a sus convicciones y murieron por no traicionar su conciencia, porque Pascual ha afirmado que eran personas trabajadores, que daban empleo a los ciudadanos del pueblo y que se dedicaban a su campo y a hacer queso.
“No interfirieron en actividad política alguna”, ha afirmado este monje cisterciense, que ve “injusta” la muerte de los 18 monjes de Cóbreces que fueron martirizados y por lo que serán beatificados en una misa, este sábado, en la catedral de Santander, a la que asistirá el cardenal del Vaticano Angelo Amato.
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