“Los educadores de Fe y Alegría son unos héroes anónimos porque tienen fortaleza, mística y vocación para enfrentarse a la crisis actual que nos está aniquilando en Venezuela. Son maestros que van al límite humano y dan todo lo que tienen. Ofrecen toda su mística y su vocación para que nuestros niños no pierdan clases”, expresó la Hermana Maribel Quiroz, directora del colegio “María Inmaculada”, perteneciente a la red de Fe y Alegría, y ubicado en el Barrio Unión de Petare, una de las zonas más empobrecidas de Caracas.
La religiosa de la Congregación del Patrocinio de María, habló de lo mal que se alimentan los docentes venezolanos, “muchos de los cuales están desnutridos y enfermos… cansados, agotados, presionados por la necesidad de trabajar y llevar comida a su hogar”. Consideró oportuno hacer una comparación con otros momentos vividos en Venezuela: “los docentes de ayer contaban con calidad de vida, mientras los actuales no”. A pesar de que “viven muy mal, no tienen salud ni vestimenta para trabajar, y muchas veces sin transporte”, reconoció que “se las ingenian para cumplir con su deber”.
Una cruda realidad que toca a Fe y Alegría
Fe y Alegría es un movimiento de educación popular y promoción social, presidido por el sacerdote jesuita Manuel Aristorena, quien presentó una radiografía de la cruda realidad en los 176 centros educativos de la organización en el país suramericano. Lo acompañaban el profesor Rafael Peña, director de la Escuela Técnica Industrial “José Obrero” de Antímano; Noelbys Aguilar, directora nacional del Programa Escuela; Caudi Hurtado, estudiante de sexto grado en el colegio María Inmaculada y la Hermana Maribel, directora del María Inmaculada. La señora Judith Chacón, habló en representación de los padres de familia.
“Desde Fe y Alegría insistimos en que todo derecho tiene un deber correlativo, es decir, los niños tienen derecho a una educación de calidad, pero hoy esa cualidad se está poniendo muy difícil, especialmente si vamos a las zonas populares donde vemos que muchos niños no pueden asistir a la escuela porque no tienen transporte, comida, uniformes”.
El jesuita ratificó la situación social y económica de los educadores tanto de Fe y Alegría como de todo el país. “Sufren de depresión, están cansados, decepcionados porque no tienen suficientes recursos para vestirse, calzar bien, y pagar transporte para trasladarse a sus puestos de empleo”. “Hay muchos docentes en las escuelas de Fe y Alegría que por trabajar en zonas populares deben tomar dos o tres transportes, y para ello invierten más de la mitad de su sueldo para conseguir unidades, cuando las hay”, aseguró Aristorena.
“Tienen vocación, mística y ganas de luchar y trabajar, pero la situación económica los supera”, dijo el jesuita. Reflexionó acerca de la educación en el país, considerándola “un tema vital, es un derecho inalienable, y por tanto se requiere del concurso de todos los sectores de la vida nacional, pero muy especialmente del Estado venezolano”.
“Una Nación que no tiene educación de calidad para todos sus niños y jóvenes es un país que se está cayendo a pedacitos. Si no tenemos esa educación no podemos tener jóvenes que salgan a la vida con un trabajo digno”, dijo en la rueda de prensa a la que asistió Aleteia. “Los docentes se han tenido que ir a buscar otras alternativas de vida; y, por consiguiente va llegando personal nuevo que no tiene igual capacidad y formación académica que el anterior, y por tanto no cubren las expectativas de enseñanza”, añadió.
Se ha perdido el 25% de los docentes en 2019
La profesora Noelbys Aguilar detalló papeles en mano que “la emergencia educativa ha generado que el 25 por ciento de los docentes hayan renunciado a sus cargos por los bajos salarios que ganan”. Fe y Alegría tiene 9 mil 019 cargos activos, pero ante la crisis han quedado vacantes unos 1775 cargos a nivel nacional, y actualmente quedan cargos ocupados 7244, de acuerdo con el balance realizado hasta el 15 de octubre de 2019.
“Hemos tenido que incorporar a clases 80 madres de los alumnos, y bachilleres, situación que nos obliga a hacer ajustes en la programación escolar, como también redistribuir tarea, responsabilidades, y unir secciones”. Añadió que esto implica acumular un déficit de atención a los niños. “Nuestro plan de estudios debe garantizar 25 horas semanales, y por la ausencia de docentes estamos acumulando un saldo negativo y esto pone en riesgo la calidad en la enseñanza de nuestros muchachos”.
Los niños han quedado solos en sus hogares
Existen grupos de alumnos que se quedan en sus hogares porque no hay profesores, limitándoles su derecho a estudiar, dijo la experta. Por la crisis, se ha cambiado la modalidad de la evaluación, y se han dado cuenta que los alumnos han bajado el rendimiento escolar en los últimos tres años. Precisó que entre 2017 y 2019, unos 9 mil niños fueron abandonados por sus progenitores que emigrado a otras naciones en búsqueda de calidad de vida. Muchos quedaron al cuidado de “terceras personas”, entre abuelos, tíos o de sus propios hermanos mayores, cuyas edades oscilan entre los 12 ó 13 años.
Acotó que como hay déficit de personal, no hay clases todos los días, sino tres veces a la semana. “La falta de los servicios como el agua, también limita las clases de los estudiantes y el suficiente personal con que cuentan ese día permitirá o no extender las horas de estudio”. “Es necesario que admitamos que estamos viviendo una educación de emergencia, y se requiere brindar una atención al personal que labora en Fe y Alegría, especialmente al docente que está agotado ante tanto trabajo que tiene que cumplir”.
Exigió al ministerio de educación “mejorar las condiciones socio económicas de los profesionales del magisterio para motivarlos a que se queden en el sistema”. “En Fe y Alegría estamos haciendo todo lo humanamente posible para que nuestros niños, niñas y adolescentes sean felices porque tienen derecho a hacerlo. Todos los días hacemos ‘milagros’ para garantizarle una educación de calidad que cada día se hace más difícil”.
El Estado debe 220% de ajuste salarial
El profesor Rafael Peña pidió perdón a los padres y madres de los alumnos por los educadores que no han ido a dar clases porque no tienen dinero para cumplir con su jornada laboral, y están decepcionados gracias a la negligencia del ministro de educación, Aristóbulo Istúriz, que se ha hecho el “sordo” y ha incumplido con los acuerdos establecidos en la aplicación de la II Contratación Colectiva del magisterio (2018-2020)
Denunció que el despacho oficial les debe el ajuste salarial del 220%: 40% del mes de octubre de 2018; 60% de enero de 2019; 40% de abril 2019; 40% de julio 2019 y 40% de octubre 2019 (cláusula 60).
Les adeudan la fórmula de cálculo de las primas de jerarquía de 50%, 60% y 70%, según el cargo (cláusula 64); la fórmula del cálculo de la prima de la Hora Técnica (PND) de 7,5% (cláusula 61); fórmula del cálculo de la prima del ejercicio docente (APED) de 10% (cláusula 63). Indicó, además, que a partir de noviembre se quita el factor ONAPRE y no tendrá incidencia salarial (Salario base/salario mínimo x 37.500 (factor Onapre) x % de la prima). “Un docente IV con 12 años de servicio y 36 horas de trabajo, cuyo sueldo base es de 270 mil bolívares, le pagan salario mínimo (150.000 bolívares), y un obrero con 17 años de servicio, laborando 40 horas sólo gana 152.228,60 bolívares”, dijo.
Fe y Alegría no sólo defiende las reivindicaciones socioeconómicas de su personal, aclaró el profesor Peña. “También exigimos la calidad educativa de sus hijos, pero sobre todo el respeto y cumplimiento de los acuerdos, la dignidad del ejercicio de la profesión docente; el desgaste emocional de los trabajadores; el tener mejores condiciones de vida; el olor a limpio en el uniforme; y el derecho a la recreación de nuestros hijos”.
Como un solo pueblo para salvar la educación
La joven Caudy Hurtado, de 17 años, estudiante de 6to año en el colegio “María Inmaculada” leyó una carta dirigida al ministro Aristóbulo Istúriz a través de la cual mostró preocupación por el futuro de la educación en los niños venezolanos que se están formando.
Formuló serias críticas a la gestión actual del titular de la enseñanza venezolana y le preguntó: “¿por qué los educadores están mal pagados?”, También lo inquirió a que responda sobre qué hace el Estado para garantizar educación de calidad.
Finalmente, la señora Judith Chacón, en representación de los padres y madres de familia admitió que la educación venezolana está atravesando por situaciones muy difíciles. Solicitó a Nicolás Maduro a dar respuestas a los planteamientos del sector para que haya calidad en la enseñanza. La mujer convocó “a todos los sectores de la vida nacional a unirnos como un solo pueblo para salvar la educación y el país”.
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