El proceso judicial es debido a presunto abuso sexual reiterado y violación. El Ministerio Público está pidiendo por estos delitos una pena de 41 años de cárcel efectiva.
La investigación a Muñoz comenzó en mayo del 2018 en el marco de centenares de indagaciones de presuntos abusos sexuales cometidos por sacerdotes, y este es el primero que se lleva a juicio. Se estima que se demorará un mes la presentación de pruebas y la declaración de 47 testigos, entre ellos presuntas víctimas y religiosos, para después emitir el fallo.
Esta semana Óscar Muñoz recibió la notificación, firmada por el papa Francisco, del Vaticano donde se le comunicó la dimisión del estado clerical “ex officio et pro bono Ecclesiae”, por los delitos de abuso sexual de menores.
Según una publicación del diario La Tercera, Muñoz resiente que la Iglesia lo haya dejado completamente solo en este año y medio de investigación, en donde no ha recibido ninguna llamada ni visitas de alguna autoridad de la Iglesia de Santiago.
Sus últimas palabras con el exarzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, fueron en diciembre de 2017. De ahí en adelante solo intercambiaron mensajes protocolares.
La fiscalía acusa a Muñoz por su supuesta participación en cuatro hechos, en los que el exsacerdote, “valiéndose de su ordenación, además del nexo de parentesco con algunas de las víctimas, ganó la confianza de los padres de los menores de edad afectados.De esta forma, estos autorizaban a sus hijos a participar de actividades pastorales, acompañar al imputado en sus actividades eclesiásticas e incluso pernoctar en las viviendas utilizadas por el imputado, quien además se valía de la influencia que tenía en los jóvenes para realizar distintos actos de significación y relevancia sexual, manteniendo dichas conductas silenciadas”.
El excanciller del Arzobispado de Santiago, fue párroco de la iglesia Inmaculada Concepción de Maipú entre el 2003 y el 2009. Posteriormente fue nombrado canciller en el 2011, cargo que ocupó hasta enero del 2018 cuando se abrió una investigación
canónica previa en su contra y se le suspendiera su ejercicio sacerdotal.
Recordemos que días antes de la llegada del papa Francisco a Chile, el excanciller se autodenunció, reconoció haber realizado “conductas impropias” con dos víctimas, pero en la causa que investiga la fiscalía dijo que “ninguna de esas víctimas forma parte del proceso penal”.
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