‘Wendy’: Crecer es una gran aventura

El director y guionista Benh Zeitlin irrumpió con cierta contundencia en las salas de cine en 2012 gracias a su película Bestias del sur salvaje: la historia, revestida con ciertos toques de realismo mágico, de cómo un padre enseña a su hija de seis años los pilares esenciales de la supervivencia porque sabe que quizá él muera pronto en el ambiente apocalíptico en el que se mueven, marcado por las inundaciones y los animales fantásticos que merodean por esos territorios.

Pero antes, en 2008, el cineasta había obtenido varios galardones con su cortometraje Glory at Sea, lo que tal vez le abriera las puertas para rodar, años después, su primer largo. Pero la carrera de Zeitlin parece tomarse su tiempo. Entre aquel corto y su debut transcurrieron cuatro años. Entre éste último y su segunda película, Wendy, han pasado ocho años.

Si Bestias del sur salvaje constituía un homenaje a la fuerza y a la sabiduría que puede transmitir un padre a sus vástagos, en Wendy esa cortesía va enfocada hacia la madre y al amor, el cariño y la protección que suele profesar a sus hijos. Protagonizada por un elenco de actores desconocidos, Wendy es una especie de nueva versión o de versión muy libre, adaptada a tiempos contemporáneos, de la célebre novela Peter Pan, escrita por James M. Barrie.


Si, en Hook, Steven Spielberg se atrevió a contarnos lo que sucede cuando Peter da el paso hacia la madurez, en Wendy ocurre más o menos al revés: no se indaga en el futuro, sino en el pasado de los personajes antes de que los conociéramos merced al libro.

Lo que nos cuenta es el origen del País de Nunca Jamás, los primeros titubeos de un Peter que ni siquiera consigue volar, la gestación del hombre que se convertirá en el temible Capitán Garfio… Y lo hace a través de la mirada de Wendy y sus dos hermanos, quienes un día se suben a un tren para iniciar un viaje hacia lo desconocido.

En ese transporte viaja de polizón un tal Peter, un muchacho de piel oscura al que le sobran iniciativas y actos valerosos pero a menudo poco razonados. Él los llevará a una isla donde los niños viven libres, salvajes y sin adultos.

Es allí donde Wendy y sus hermanos descubren que, si la tristeza entra en sus corazones, en ese entorno crecerán y envejecerán deprisa, como si sufriesen una maldición. El cineasta sustituye a las sirenas por una especie de criaturas marinas abisales, y a los piratas por unos cuantos vejestorios que malviven en otro confín de la isla.

Pero la historia sigue los patrones del libro de Barrie. Lo importante del filme es que, poco a poco, y pese a que los niños hayan huido temporalmente de casa para vivir una aventura, se convierte en un homenaje a las madres. Niños que necesitan a sus madres, niños que las añorarán cuando ellos crezcan y cuando ellas ya no estén.

Sin rebajar la excepcionalidad de lo que supondría no envejecer nunca, al mismo tiempo Wendy nos motiva sobre lo contrario: que desarrollarse y hacerse mayor no es tan malo como lo pintaban los personajes de la historia original. De hecho, la frase clave la pronuncia el propio Peter hacia el final: Crecer es una gran aventura.

Y el epílogo, quizá lo mejor del largometraje, confirma que esa sentencia es cierta porque la vida está repleta de sorpresas e incógnitas: Hubo milagros y hubo tragedias y hubo travesías inimaginables, dice un personaje.

Benh Zeitlin construye una película rara, lírica, irregular y emotiva en su tramo final. Sobre ella planean las sombras de la novela El Señor de las Moscas y el cine de Terrence Malick (esa manera de unir planos y música y ausencia de diálogos es única). Funciona como homenaje materno e indagación libre en los orígenes de unos personajes míticos, aunque en algunas ocasiones lleguemos a saturarnos de las correrías de los zagales. 

Ficha Técnica

Título original: Wendy

País: Estados Unidos

Director: Benh Zeitlin

Guión: Benh Zeitlin & Eliza Zeitlin

Música: Dan Romer

Género: Drama / Fantasía / Cine familiar

Duración: 111 min.

Reparto: Devin France, Yashua Mack, Gage Naquin, Gavin Naquin, Shay Walker, Tommie Lynn Milazzo, Lowell Landes, Ahmad Cage, Romyri Ross

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