Mucho más que descanso y diversión, las vacaciones pueden ser un momento clave para la cohesión de toda la familia. Te damos consejos para que así sea
Queda poco para el verano, es tiempo de planear las vacaciones: pensar el destino, las fechas, las cosas que queremos hacer en estos días de relax o con quién vamos a reencontrarnos son preguntas habituales en este tiempo.
Pero ¿has pensado cómo puedes sacarlas el máximo partido haciendo de este tiempo tan deseado algo más que descanso y diversión? Aquí van algunas ideas.
1Planéalas con tiempo
Conviene empezar a pensar qué queremos hacer en verano con el tiempo suficiente para planificarlo sin prisas y asegurarnos que hay sitio donde queremos ir.
Algo que nos permitirá investigar qué podemos encontrar en nuestro destino y planificar qué excursiones queremos hacer y qué podemos visitar en el lugar al que queremos ir.
Descubrir nuevas rutas, si ya conocemos la zona, o planificar la visita de un sitio nuevo que vamos a conocer. Organizar esto con varias semanas de antelación nos permitirá también sacar entradas de lugares que visitar para luego no quedarnos sin ellas.
2Piensa en los demás
Es bueno tener en cuenta las necesidades y los gustos de los demás. Ponernos en el lugar del otro para hacerle también agradable su tiempo de descanso. Lo bueno es compartirlo y disfrutar haciendo que todos nosotros nos gusta más.
Debemos preguntar a nuestra familia, a los niños o a nuestros amigos qué quieren hacer en esos días de descanso merecido tras un duro curso escolar o laboral. Intentar llegar a un punto de encuentro sería lo mejor para que todos podamos disfrutar.
Para ello todos debemos ceder en algo para hacer feliz al que tenemos al lado.
Svetlana Romantsova | Shutterstock
3Excursiones culturales y religiosas
Los días libres son siempre una buena ocasión para conocer cosas nuevas, aprender y vivir nuevas experiencias. Es un buena ocasión para organizar una salida cultural que nos enseñe el origen y la historia del sitio que visitamos y que nos permita conocer un poquito más de la zona y sus gentes.
También es, sin duda, una gran oportunidad para visitar una ermita, un santuario o una Iglesia o Catedral cercana. Allí podremos, no solo contemplar su belleza, sino agradecer a Dios la oportunidad de disfrutar de unos días de descanso en compañía de los nuestros.
Y pedir por una intención concreta de cara al nuevo curso que comenzaremos cuando acaben nuestras vacaciones.
4Dedicar un tiempo cada día al Señor
No olvidemos dedicar a Dios todos los días un rato ahora que tenemos más tiempo y que la excusa del estrés y las prisas diarias no sirven. Descansar y, descansar en Dios; escucharle y hablar con Él tienen que ser prioridad en este tiempo más calmado a lo largo en nuestro año.
Tener un orden dentro del disfrute y del descanso también viene bien. Así, además de ir a la playa o a la piscina podremos tener tiempo para hacer todas esas cosas que no podemos hacer a diario: leer un libro, dibujar, pintar, pasear o mirar tranquilamente un paisaje.
Terminar aquellas manualidades que se nos han quedado a medias o pensar en nuevos proyectos.
5La familia, la prioridad
Las vacaciones son también tiempo de familia, tiempo de reencuentro. Ver a los que hace tiempo que no vemos pero también reencontrarnos con nosotros y con los que tenemos al lado.
Es muy buen momento para hablar con nuestra mujer o marido, con los niños. Escucharles, pasar más tiempo con ellos y profundizar en lo que necesitan o les gusta hacer en vacaciones.
Es momento de sentarnos a jugar en familia a un juego de mesa o de ayudarles a descubrir sus aficiones y compartirlas con ellos. De hacer lo que más les gusta y demostrarles que también se disfruta con las pequeñas cosas que, por el ritmo de vida, pasan desapercibidas el resto del año.
En definitiva, disfrutar del tiempo y de la calidad del tiempo que tenemos cuando estamos de vacaciones agradeciendo al Señor por ello y buscando el fruto que nos dará la vuelta después de disfrutar, descansar y compartir.
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