La curación no solo depende de Jesús...
Jesús sanó a mucha gente. Sin embargo, ninguna curación dependía solo de Jesús.
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El evangelio sobre la curación de la hija de Jairo nos dice qué se necesita para ser curado.
Sr. Amata CSFN
La lección de Jairo
Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia:
“Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”.
Esta situación es muy conmovedora. Muestra el amor y la humildad del padre. Jairo era uno de los jefes de la sinagoga y un hombre muy respetado.
Sr. Amata CSFN
Se echó a los pies de Jesús. No solo pidió, sino que suplicó con insistencia.
“No temas, basta que tengas fe”. Jesús le dijo estas palabras a Jairo cuando, de camino a su casa, alguien le dijo que su hija ya había muerto.
Lo importante es la fe
Sr. Amata CSFN
Jesús le dice lo que es necesario para curarla: la fe.
Ahora, en esta situación, podemos ver aún más. Ni siquiera tiene que ser la fe de la persona que recibe la gracia de la curación.
Como en este caso: no fue la fe de la niña porque ya estaba muerta, pero Jesús pidió la fe de su padre.
Sr. Amata CSFN
Asimismo, en nuestra vida, podemos pedir favores incluso para alguien que no tiene fe, que está lejos de Dios. Lo importante es la fe de quien pide.
Sr. Amata CSFN
¡Pide!
“¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!” El poder de Jesús y la fe del padre de la niña la llevaron a la resurrección.
Sr. Amata CSFN
Un proverbio dice que solo se repararán las puertas que crujen. Asimismo, solo aquellos que claman por ayuda la recibirán. Jesús dice:
“Pedid, y se os dará. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.
Sr. Amata CSFN
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