Por ello, sostuvo, “he decidido prorrogar desde este momento a Frey Marco Luzzago en su cargo” de Gran Maestro hasta la conclusión del Capítulo General Extraordinario y “la posterior elección de un nuevo Gran Maestre por el Consejo de Estado”. Fray Marco, el 8 de noviembre de 2020, había sido elegido en el cargo que debía durar un año. Ahora, llega la prorroga pontificia de su mandato.
Para poder “continuar con esta importante labor de renovación”, el Pontífice escribe al cardenal Tomasi indicando que “tiene todos los poderes necesarios para decidir cualquier cuestión que pueda surgir en la ejecución del mandato” que le ha encomendado.
El Papa subrayó que el cardenal Tomasi tiene “la facultad” con la autoridad pontificia concedida de decidir sobre el “gobierno ordinario de la Orden”.
Aún más, “incluso derogando, si es necesario, la actual Carta Constitucional y el actual Codex Melitense, así como de resolver todos los conflictos internos de la Orden ex auctoritate Summi Pontificis”.
Los poderes del cardenal Tomasi
Todo ello, de cara al próximo Capítulo General Extraordinario, para hacer frente a los problemas que puedan surgir, también, el Papa le otorga expresamente los siguientes poderes:
- – Convocar el Capítulo General Extraordinario para la fecha que usted determine y copresidirlo;
- – definir un reglamento ad hoc para la composición y celebración del Capítulo General Extraordinario;
- – aprobar la Carta Constitucional y el Código Melitense;
- – proceder a la renovación del Consejo Soberano de acuerdo con los nuevos textos reglamentarios;
- – convocar al Consejo de Estado en pleno para la elección de un nuevo Gran Maestre.
Cabe recordar que el pasado 9 de junio, el cardenal Tomasi anunció que la nueva constitución suprimiría las «condiciones de pertenecer a la nobleza para ser elegido» en los puestos de responsabilidad de la Orden.
También aseguró que los «caballeros profesos», miembros religiosos laicos que dirigen la institución, tendrían que hacer en el futuro un voto de pobreza y estarían plenamente dedicados a su misión dentro de la Orden de Malta.
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El Pontífice animó al apoyo de todos los miembros de la Orden, en especial se refirió a los miembros y voluntarios detrás de “las numerosas obras de caridad”, involucrados en diversas misiones por el mundo al servicio de “los pobres, los enfermos y los débiles”.
“No me cabe duda de que toda la Orden, a todos los niveles, colaborará de buen grado con” el cardenal Tomasi, “en un espíritu de auténtica obediencia y respeto”, ha sostenido.
El Papa finalmente impartió sus oraciones y bendición apostólica, que extendió “con gusto a todos los miembros y voluntarios de la Orden de Malta”. Ha firmado la misiva el 25 de octubre de 2021.
La reacción de la Orden
En un comunicado en el que reacciona a la carta del Papa, la Orden de Malta «acoge la decisión del Santo Padre y expresa su agradecimiento por la atención que el Papa Francisco presta a la vida espiritual e institucional de la Orden».
«La Orden de Malta está convencida de que la decisión del Papa Francisco acelerará el proceso de reforma de la Carta y del Código Constitucional, lo que permitirá a la Orden elegir un Gran Maestro en un futuro próximo y continuar con su misión de servicio a los pobres y a los enfermos», ha señalado la comunidad, que ha subrayado la «plena cooperación» entre el Gran Maestro actual, Frey Marco Luzzago y el cardenal Tomasi.
Marko Vombergar | ALETEIA
La Orden de Malta, presente en 120 países del mundo
La historia de la Orden de Malta comenzó en Tierra Santa en 1048 con la fundación de la comunidad religiosa de los Hospitalarios de San Juan. Orden religiosa y laica de la Iglesia católica desde 1113 y sujeto de derecho internacional, mantiene relaciones diplomáticas con más de cien Estados, así como con la Unión Europea, y tiene estatus de observador permanente en las Naciones Unidas.
Presente en 120 países, la Orden de Malta ayuda a las personas necesitadas mediante actividades médicas, sociales y humanitarias. En su página web, la Orden explica que está formada por más de 13.500 Caballeros, Damas y Capellanes. Junto a ellos trabajan unos 80.000 voluntarios permanentes, así como 42.000 empleados, en su mayoría personal médico.
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