Consejos para la llegada de un nuevo bebé a la familia

̶  Sí, mucho. ¿Cuándo se va a su casa?

Seguramente, esta conversación te habrá sacado una sonrisa. Pues déjame que te diga que está absolutamente basada en hechos reales, y que el príncipe destronado no era precisamente un hijo único: ya reinaba en la casa de una familia numerosa.

La llegada de una nueva vida siempre descoloca nuestras rutinas, nuestras prioridades, nuestros quereres. Un nuevo bebé es un tsunami emocional para sus hermanos, se lleven mucho o se lleven poco. Sin embargo, como los embarazos son muy largos, tenemos tiempo para ir contándoles, poco a poco, todos los cambios que van a llegar a sus vidas. 

Hacerles protagonistas

Por muy pequeños que sean, deben ser ellos los primeros en conocer la noticia. Así empezamos a darles su protagonismo en esa historia, y hacemos posible que se conviertan en los portavoces de la familia: que sean ellos quienes anuncien la buena nueva a abuelos, tíos y amigos.

A medida que nos van haciendo ecografías, es bueno enseñárselas y compararlas con las suyas de cuando tenían la misma edad gestacional. También podemos sacar el álbum de fotos y que vean qué pequeñitos eran, y cómo estaban siempre en brazos, cuidados por alguien. Esto abrirá la puerta para hablarles del tiempo que reclaman los bebés, lo mucho que lloran… En definitiva, el tiempo que el nuevo bebé nos va a exigir. Es conveniente adelantarse, y avisarles de que esto durará un tiempo, que poco a poco el hermanito se hará menos dependiente y ya no acaparará tanta atención.

Aunque te parezcan cosas obvias, no asumas que ya las saben. En la casa del protagonista del primer párrafo, nunca habrían imaginado que el niño pensara que el bebé se iría a vivir a otra casa. Así que desgástate en explicarles todo lo que creas que va a pasar: que mamá estará más cansada, todos más estresados…, pero que le van a seguir queriendo más que nunca.

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Quitarles posibles miedos

Quítales el miedo que pueden tener cuando imaginan a mamá en el parto. Sobre todo, si son un poco mayores, es fácil que tengan la imagen de un parto de alguna película o serie de televisión. Esa preocupación de que le pase algo malo a su madre puede producir cierto rechazo al nuevo bebé por ser el “culpable” de ello. Asegúrales que esos eran partos de otras épocas, que los hospitales y los médicos tienen herramientas modernas para conseguir partos sin dolor y sin riesgo materno. Tratar este tema es absolutamente necesario.

Avísales con tiempo de quién vendrá a cuidarles o a qué casa irán durante los días de hospitalización. Que nada les coja por sorpresa.

BABY
Procura que ningún cambio (pañal, cuna…) coincida con la llegada de su hermanito.

Shutterstock | ESB-Professional

Si vas a pasar a tu hijo de la cuna a la cama, si le vas a quitar el pañal o el chupete, si va a empezar a ir a la guardería, que sea antes de que nazca el bebé. Que ningún cambio coincida con la llegada de su hermanito. Ser consecuente con esto también conlleva cuidar y tener precaución con las conversaciones que pueden escuchar (aunque aparenten no prestar atención) entre los padres y otros adultos. Por ejemplo, que no te escuche decir que tienes que quitarle el pañal antes de la llegada de su hermanito porque no quieres verte manejando dos tallas de pañales.

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No le digas que tiene que querer mucho al nuevo bebé, porque, si cuando éste llegue a casa le parece feo y pesado, además del cambio en sus rutinas, tendrá la sensación de no sentir lo que debería sentir, lo que puede generar una tormenta emocional en su pequeño pero gran corazón. Sin embargo, aprovecha todas las oportunidades que tengas para repetirle cómo lo va a querer el bebé a él.

¿Quién decide el nombre del bebé?

Hazles partícipes de todos los preparativos de la llegada del bebé. Algunos autores recomiendan que los hermanos intervengan en la decisión de escoger el nombre de su hermanito. En mi caso no sería muy buena recomendación, porque tendría una hija llamada Pocahontas.

Y, por supuesto, y para ir terminando, hay que declarar inmediatamente enemigos de la familia a todos aquellos que se dirijan al hermano mayor en términos como “pobrecito”, “cómo corrió tu madre”, “qué prisa tuvo”, etc.

Un tip especial para las familias numerosas. Los niños de estas casas siempre quieren más y nunca suelen pensar que son demasiados. Después de 12 hijos y 17 embarazos, siguen deseando que llegue otro hermanito. Además, terminan la frase preguntándome: Why not?

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