La Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia de Perú publicó el informe de julio-agosto sobre la situación de los migrantes y refugiados. Con ello los desafíos en un contexto donde persisten los efectos de la pandemia
La casa de acogida “Santa Josefina Bakhita”, vinculada la Prelatura de Juli, sigue siendo ejemplo de aquello de acoger, proteger, promover e integra a migrantes y refugiados.
Es en ese sitio, a través del equipo de Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia de Perú, dirigido por el padre Vicente Imhof, donde se continúa realizando acciones que van en la línea de atención y promoción de migrantes y refugiados en la localidad de Zepita, Puno.
Todos los días en esa casa de acogida se ofrecen alimentos, medicinas, alojamiento a familias de migrantes. Sin lugar a dudas una labor más que noble en una zona de frontera y en medio de la pandemia del coronavirus.
El caso de «Santa Josefina Bakhita», que cuenta con el apoyo de Ancur, además del proyecto Europana y de Manos Unidas, es uno de los que aparecen en el reciente informe de 34 páginas presentado por Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP).
Es en ese documento denominado “Informe julio-agosto 2021: Acoger, proteger, promover e integrar a migrantes y refugiados”, donde se detalla el actual contexto migratorio. Esto en medio de la pandemia del coronavirus. Ahí se describen las actividades que se han hecho a favor de esta población vulnerable, además de la puesta a punto de los principales desafíos
Venezolanos y los principales desafíos
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática e información de la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrante de Venezuela, alrededor de 1.049.970 venezolanos llegaron a Perú de manera regular. Pero también existen 532.000 solicitudes de la condición de refugiado presentadas ante la Comisión Especial para los Refugiados del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Es en este contexto migratorio, con más de cinco millones de venezolanos que han tenido que abandonar su país debido a la crisis humanitaria, donde aparecen los principales desafíos para los países de acogida como Perú.
Es ahí donde aparecen aspectos como la alimentación, vivienda, educación, salud trabajo. Pero también cuestiones como la xenofobia (recientemente en Chile hubo un episodio de agresión a migrantes que generó impacto internacional), además de la salud mental y regularización migratoria.
Según se destaca en el documento, “cerca del 60% del total de los venezolanos en Perú no tienen al menos una necesidad básica cubierta”. Por ejemplo,alimento, salud, educación. Es por eso que además de esto también se presenta como desafío el implemento de programas de atención psicológica, soporte emocional, escucha. Entre otras cosas también porque la cuarentena por el coronavirus ha generado estrés, ansiedad, depresión, etcétera.
Xenofobia y discriminación
Así lo indica otro de los puntos del documento:
“Es necesario trabajar más fondo el tema de la xenofobia y la discriminación, que se ha agudizado en este contexto actual de pandemia Covid-19”.
El informe continúa con ejemplos de acciones ejecutadas y una vez más permite reflexionar sobre un tema más vigente que nunca, uno de los mayores dramas de América Latina y el mundo en este mundo aún inmerso en pandemia.
Para acceder al documento completo hacer click aquí (web Iglesia de Perú)
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