Mons. Argüello considera que “la escasez del agua es ya dramática” en España, cuando los embalses están ya por debajo del 40% de capacidad, muy por debajo de la media de los últimos diez años.
Esta circunstancia, junto a las consecuencias de la guerra en Ucrania “en medio de la gran lucha global”, nos auguran “dificultades económicas inéditas para las generaciones más jóvenes”, señala el Prelado.
El Arzobispo de Valladolid afirma que el Señor se hace presente “en los que sufren en su propio cuerpo estos problemas” y desde ahí nos llama a la conversión que se concreta en oración, ayuno y limosna.
Así, el Prelado insta a los presbíteros de la archidiócesis a pedir “el don de la lluvia el bien común de la paz” tanto en la Eucaristía como en la Liturgia de las Horas y a pedir el próximo día 15, día de la Asunción de María, su intercesión por estas intenciones.
En el capítulo del ayuno, Mons. Argüello señala que la oración debe estar acompañada “por la reducción de agua y de energías básicas de manera que no despilfarremos el agua tan escasa y necesaria”.
A su juicio, el criterio sobre lo que se debe considerar despilfarro se fija al “mirar a los que menos tienen”.
El Arzobispo de Valladolid también invita a practicar la limosna “del compartir con los que menos tienen” y del “compromiso público en favor del bien común” tanto en los ambientes más cercanos como en las “instituciones económicas y políticas”.
En este sentido, ha animado a los representantes públicos “en el poder y en la oposición, a buscar caminos de encuentro y colaboración de todos los ciudadanos en favor del bien común”.
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