Los prelados afirman que esta festividad es una nueva oportunidad de “agradecer y alabar a Dios por el don de la creación y, sobre todo, el regalo de su Hijo Jesucristo sobre el ara del altar”
Los obispos de esta comisión explican que “la creación es bella porque ha salido de las entrañas del Creador. Dios en su amor infinito nos ha donado el reflejo de su Hermosura”, por eso en la solemnidad del Corpus Christi “las calles de pueblos y ciudades se engalanan” para recibir el Cuerpo de Cristo.
“Él nos bendice pasando por donde vivimos y nosotros lo alabamos con los frutos y semillas de la tierra que nos sustenta”, precisan.
En ese sentido, los Prelados alertan del maltrato que sufre “la belleza de la creación”, sin embargo recuerdan que “es reconfortante saber que el amor de Dios, nuestro Creador, no nos deja: camina y trabaja junto a nosotros dándonos su luz y su fuerza para encontrar nuevos caminos que aviven el gozo de la esperanza”.
“Hoy miramos el cielo y la tierra con una mirada contemplativa y comprometida para colaborar con Dios en la restauración de la belleza de la creación”, aseguran los obispos en su mensaje.
En el mensaje subrayan que “Eucaristía y creación van estrechamente unidas” ya que “cuando se celebra sobre el pequeño altar de una iglesia en el campo, la Eucaristía se celebra en cierto sentido, sobre el altar del mundo. Ella une el cielo y la tierra. Abarca e impregna toda la creación”.
Además recuerdan que “en la solemnidad del Corpus Christi, día de la Caridad, el Señor nos llama a descubrirle y a encontrarnos con su imagen en todos los hombres y mujeres, sirviéndole en cada uno de ellos, de modo especial, y con inmensa misericordia y compasión, en los más pobres, frágiles y necesitados”.
En ese sentido, invitaron a que en el Día de la Caridad pidan “con insistencia y de manera reiterada a la Trinidad Santa que purifique nuestra mirada”, porque “sólo así podremos ver con los ojos del corazón, asombrarnos y custodiar la dignidad del hombre, creado imagen y semejanza de Dios”.
“Los ojos de la fe son los que ven lo bello de cada persona y se maravillan ante la belleza de la creación y el amor sin límites del Creador”, aseguran en el mensaje.
También explican que en el Día de la Caridad, “la Iglesia nos recuerda que la Eucaristía sin caridad se convierte en culto vacío, tantas veces denunciado en la Sagrada Escritura y por el Magisterio de la Iglesia”.
Por eso subrayan su gratitud a “la Trinidad Santa por las manos generosas al servicio de la caridad que dedican su tiempo y entregan su persona al servicio de los necesitados en Cáritas y en otras instituciones de la Iglesia” y piden al Espíritu Santo “que haga de nuestra vida una entrega creíble en todo momento a los ‘heridos por la vida’”.
Además recuerdan que “cuando la Palabra y la caridad van juntas se anuncia a Cristo. La Palabra sin caridad corre el riesgo de ser pronunciada solo a flor de los labios. La caridad sin la Palabra se arriesga a silenciar su origen”.
Por eso subrayan que “el Cuerpo de Cristo nos urge a acompañar a los pobres y construirles andamios de esperanza en un futuro mejor, como Dios quiere” porque “Jesús mismo nos ha dicho en una página solemne del Evangelio, que lo que hagamos o dejemos de hacer con los necesitados, a Él mismo se lo hacemos”.
“Ponemos bajo el amparo de la Virgen María, consuelo de los afligidos, toda la creación y a todo hombre y mujer, para que nos lleve a Cristo, Luz de los pueblos, con el fin de que se renueve la faz de la tierra y la faz de los pobres”, afirman.
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