Después de una primera etapa en Mozambique, el papa Francisco llegará a Madagascar el 6 de septiembre de 2019. El 8 de septiembre visitará la “ciudad de la amistad” de Akamasoa, fundada por el padre Pedro Opeka. El objetivo de esta estructura social es acudir en la ayuda de los desfavorecidos a través del trabajo y de la responsabilización personal.
En favor de la dignidad humana
En esta visita, el Pontífice pronunciará ante miles de trabajadores un “discurso claro sobre la dignidad de la persona humana, que no merece la pobreza”, afirmó el sacerdote, también argentino como el Papa.
En presencia del presidente del país, Francisco aludirá a la “lucha contra la corrupción, la injusticia social y la importancia de compartir los bienes”. Según el misionero, el papa Francisco va a “animar a las Iglesias a estar en primera línea para sacar al país de esta extrema pobreza”.
Entre los más pobres del planeta
Las palabras del Papa en Madagascar tendrán una resonancia particular, ya que la isla se encuentra en el 5.º puesto de la clasificación de los países más pobres del mundo, detrás de otros cuatro Estados africanos. La tasa de pobreza allí es extremadamente elevada, con cerca de tres cuartos de la población viviendo con menos de 1,9 dólares al día.
La pobreza puede ser “erradicada”
Una vez en el lugar, anuncia el misionero argentino, el obispo de Roma será recibido por unas 10.000 personas con cánticos y clamores. Destaca entre la recepción una comitiva de niños y unas palabras de bienvenida que pronunciará el padre Opeka.
“Pondré el acento en la pobreza, la defensa de los niños, de las mujeres”, promete el sacerdote. El padre Opeka tiene pensado también insistir en la necesidad de superar la fatalidad: “Hemos demostrado que la pobreza puede ser reducida, incluso erradicada”.
La visita del papa Francisco “llega en el momento oportuno, ya que celebramos en el mismo periodo los 30 años de la fundación de la obra humanitaria de Akamasoa”, aplaude el sacerdote argentino. A la llegada del misionero en 1989, el lugar no era más que un vertedero. “¡Era un infierno! Imaginar que veríamos hoy al Papa era impensable. Él no verá lo que yo vi, pero me alegra que 30 años después vea el resultado de nuestro trabajo”. Según el misionero, fue el mismo Papa quien expresó su deseo de visitar Akamasoa.
Una catedral en las profundidades
A lo largo de esta visita de una hora, el Papa descubrirá el lugar donde el sacerdote misionero celebra misa todos los domingos con miles de fieles: un antiguo estadio de baloncesto reconvertido. Entonces será recibido por todos los jóvenes durante 25 minutos antes de dirigirse, a 800 metros, a una cantera de granito activa de cerca de dos hectáreas y más de 20 metros de profundidad, llamada la “catedral”. Se ha instalado un altar en su interior para celebrar allí misa en grandes celebraciones.
Por motivos de seguridad, el Papa permanecerá en la superficie cerca de una gran estatua de Cristo donde todos los trabajadores de la cantera se reunirán para darle la bienvenida. “Será al lado de un bosque que hemos plantado por encima de Antananarivo y desde donde se puede disfrutar de una vista sobre toda la ciudad” y desde donde el Papa la bendecirá. También en este momento el Papa pronunciará su discurso sobre la lucha contra la pobreza. (cath.ch/imedia/ah/dp)
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