Este es un tema que concierne a todas las familias. Los padres, de hecho, hacen viajes en automóvil con sus hijos, para acompañarlos a la escuela, al gimnasio o para irse de vacaciones. Por esta razón, hemos preparado una herramienta simple con un doble propósito: informar sobre las normas y sanciones pero, sobre todo, proporcionar a las familias modelos de prevención concretos para garantizar la seguridad de los niños en los automóviles.
La Fundación ANIA y el Hospital Pediátrico Bambino Gesù, trabajan así en un terreno común: promover la seguridad y la prevención, y garantizar el cuidado y la salud de los niños. El objetivo que nos llevó a trabajar juntos proviene precisamente de estos objetivos. De hecho, creemos que la prevención es la mejor manera de garantizar la seguridad de los niños en el automóvil.
Y la producción de información clara y verificada es el primer paso para hacer de la prevención una práctica común para todos los padres. El objetivo final es acercarse cada vez más al Objetivo Cero establecida en el Plan Nacional de Seguridad Vial 2020: nunca más niños víctimas de la carretera. (Maria Bianca Farina, Presidenta de la Fundación Ania Mariella Enoc, Presidenta del Hospital y la Fundación Bambino Gesù)
Seguridad del automóvil. Porque es importante
En Italia, en 2017, 43 niños de entre 0 y 14 años murieron debido a accidentes de tráfico. Esto significa que, sólo en este país, en promedio mueren alrededor de 3 niños por mes. Incluso hoy, los accidentes son la principal causa de muerte y discapacidad grave de los niños.
La mayoría de estos accidentes ocurren en rutas cortas (a menudo menos de 3 km) dentro de las ciudades. En tales situaciones, de hecho, el peligro a menudo tiende a subestimarse, precisamente debido a lo corto de la ruta o la poca velocidad en los contextos urbanos. Puede suceder que el bebé llore tan pronto como se coloque en el asiento y, por lo tanto, decida sostenerlo en sus brazos, poniendo en peligro su seguridad.
Si se produce un impacto, incluso a baja velocidad (alrededor de 50-55 km / h), la fuerza de impacto que se imprime en el cuerpo de un niño que pesa entre 6 y 15 kg es muy alta (de 150 a 225 kg ). En estas condiciones, incluso un adulto no puede sostener a un niño lo suficiente como para protegerlo. El riesgo de muerte o lesiones graves es, por lo tanto, muy alto.
En caso de accidente, los niños pequeños corren un riesgo muy alto de sufrir lesiones graves debido a la escasa fuerza muscular y la delicadeza de los órganos. Además, el alto volumen de la cabeza en comparación con el resto del cuerpo expone a los niños a un mayor riesgo de traumatismo craneal. Además, los niños no tienen la capacidad de reaccionar rápidamente para protegerse y, como resultado, corren un mayor riesgo de sufrir lesiones graves que los adultos.
Según el último informe anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los accidentes son ahora la principal causa de muerte en el mundo entre las edades de 5 y 29 y son responsables de discapacidades graves en los niños.
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