Don Juan Bosco nació cerca de Turín en 1815. Huérfano de padre a los dos años, es criado con ternura y energía por su madre. Para poder continuar sus estudios, se dedica a muchos pequeños trabajos.
Como sacerdote, montó oratorios para jóvenes aprendices procedentes del campo, que andaban por las calles de Turín, sin hacer nada. Más tarde abrió pensiones y colegios (donde recibiría al futuro Santo Domingo).
La Sociedad Salesiana fue fundada en 1854 para continuar estas iniciativas. Cuando Don Bosco murió en 1888, su obra se extendió más allá de Italia. Incluso hoy en día, la pedagogía que estableció sigue siendo relevante y puede servir a muchos padres.
En esta galería (o en la página 2) encontrarás cinco cosas a recordar de esta educación:
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