Papa Francisco: El diablo es el que induce a la tentación, no Dios

La oración que los italianos recitaban desde niños, ahora tienen que aprenderla de manera distinta.  El Padre nuestro en italiano cuenta con una nueva traducción.

A partir del 29 de noviembre, primer domingo de Adviento, todas las parroquias deberán recitar el Padre nuestro en la nueva versión aprobada por la Conferencia Episcopal Italiana acogiendo una sugerencia del papa Francisco y producto de un estudio durado 16 años.

La frase “non ci abbandonare alla tentazione” (“no nos dejes caer en la tentación”), sustituye la locución anterior: “non ci indurre in tentazione” (“no nos induzcas a la tentación”). 

De hecho, en la oración cristiana por excelencia, en la tradición litúrgica en idioma español siempre ha valido la primera frase, conservando la forma más fidedigna del sentido del texto de San Mateo [cf Mt 6, 9-13]. 

Por tanto, no es un cambio del Padre nuestro, los Evangelios están escritos en griego y el texto original de la oración de Jesús no se toca. Fuera de cualquier interpretación subjetiva, el texto italiano pasó a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos para el necesario control. 

El libro litúrgico “renovado” entrará en vigor antes de Navidad. Así, papa Francisco autorizó la promulgación de la tercera edición en italiano del Misal Romano escrito por Pablo VI.

De este modo, también entrará en el orden de la Misa en italiano el texto del Padre Nuestro contenido en la versión italiana de la Biblia, aprobado por la Conferencia Episcopal Italiana en 2008, y ya incluido en la edición italiana renovada del Leccionario. 

Otro cambio se refiere al Gloria donde el clásico “paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” es sustituido por el nuevo “paz en la tierra a los hombres, amados por el Señor”.

El problema en el Padre nuestra era la traducción del termino del latín al italiano, eisenénkes, del verbo eisféro, que durante siglos fue escrito como “inducir”, del cual se basa la versión italiana: “non ci indurre in tentazione” (“no nos induzcas en tentación”).

Francisco ya había dicho que esta no era una buena traducción. El Papa había explicado a finales de 2017 en una entrevista:

Soy yo quien cae, no es Él quien me induce a la tentación para ver cómo caigo. Un padre no hace esto, ayuda a levantarse inmediatamente. El que nos lleva a la tentación es Satanás, este es el trabajo de Satanás”. Por ende, el sentido de la oración es: “Cuando Satanás me induzca en tentación, por favor, dame tu mano (Señor).

En la audiencias generales del miércoles, papa Francisco ha dedicado un ciclo de catequesis completo a la exégesis del la oración que Jesús enseñó a sus discípulos luego que se lo solicitaron. “Maestro, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos”» (Lc 11, 1)”. La iglesia considera ésta la oración cristiana fundamental.

“San Lucas da de ella un texto breve (con cinco peticiones [cf Lc 11, 2-4]), San Mateo una versión más desarrollada (con siete peticiones [cf Mt 6, 9-13]). La tradición litúrgica de la Iglesia ha conservado el texto de San Mateo”, se lee en Catecismo de la Iglesia Católica en español (2759). 

Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas 

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.

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