que el coronavirus de Wuhan no haga más daño
y que pueda controlarse pronto la epidemia,
que devuelvas la salud a los afectados
y la paz a los lugares a los que ha llegado.
Acoge a las personas que han fallecido por esta enfermedad,
conforta a sus familias.
Sostén y protege al personal sanitario que la combate,
e inspira y bendice a los que trabajan por controlarla.
Señor Jesús, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos,
nos sentimos desvalidos
en esta situación de emergencia sanitaria internacional
pero confiamos en Ti, danos tu paz y la salud.
Madre María, protégenos y sigue cuidándonos
y conduciéndonos con tu amor a tu hijo Jesús.
Amén.
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