Carga bolsas de comida preparada destinada a sus alumnos, de los que está alejado por la fuerza de las circunstancias durante este periodo de confinamiento. Las familias de algunos de sus alumnos viven con muy poco recursos.
Sabiéndolo, este maestro quiso actuar. Así que, cada día, llama a la puerta y deposita los paquetes en el umbral de la casa. A veces, hay carteles afectuosos que lo reciben a su llegada. Es una forma de evitar a los padres demasiados viajes al exterior y garantizarles al menos una buena comida al día.
“Forma parte de mi trabajo”, declaró el maestro a la BBC. Un maestro inspirador que cuida de sus alumnos y vive profundamente su misión educativa.
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