Reyes –uno de los más grandes prosistas en lengua española—se lamentaba de hablar la lengua maravillosa que muchos hoy en el mundo hablan o quieren aprender.
Existen en la actualidad –en función de los medios utilizados para definirlos—entre 6.000 y 10.000 idiomas. Pero muy pocos son los que utilizan el mundo globalizado para comunicarse entre sí.
Uno de esos pocos, y ganando terreno, es el español. En “El español: una lengua viva. Informe 2020”, el Instituto Cervantes da una referencia de la extraordinaria salud de la que goza nuestra lengua en la realidad actual.
El Informe es una catarata de cifras y datos que deberían llenar de orgullo a quienes habitamos este universo, siguiendo la idea del escritor argentino, Jorge Luis Borges de que cada lengua es un universo particular.
En 2020, casi 489 millones de personas tienen el español como lengua materna. El grupo de usuarios potenciales de español en el mundo supera los 585 millones (7,5 por ciento de la población mundial).
También destaca que el español es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, tras el chino mandarín (950 millones de seres humanos lo usan), y la tercera lengua en un cómputo global de hablante,s después del inglés y del chino mandarín.
Además, el Informe señala que el español ha pasado a ser ya el segundo idioma de comunicación internacional, obviamente después del inglés que se ha convertido, por la globalización financiera, en el primer idioma en este rubro.
Existe, sin duda, una acelerada tendencia en el mundo de aprendizaje del español como lengua extranjera. En 2020, 22.3 millones de personas se encontraban inscritos en diversos cursos para aprender el idioma inmortalizado por el autor del *Quijote.*
Según el Informe 2020 del Instituto Cervantes, el número de
hispanohablantes seguirá creciendo en las próximas cinco décadas, pero su peso relativo disminuirá de manera progresiva de aquí a final de siglo.
En 2100, solo 6,3 por ciento de la población mundial podrá comunicarse en español. Sin embargo, habrá cambios significativos. Por ejemplo, que en 2060, Estados Unidos será el segundo país hispanohablante del mundo, después de México.
Según el Informe del Instituto Cervantes, la lengua española presenta una demografía muy amplia y en constante crecimiento que se localiza de manera especialmente intensa en el continente americano y en la Península Ibérica, pero no se detiene en estos lugares.
La huella del español –su rastro como lengua viva—también puede seguirse en otras regiones del planeta: África e incluso en ciertas partes de Asia y del Pacífico.
El crecimiento previsto para las grandes lenguas internacionales —inglés, español, chino, francés y árabe— indica que, de aquí a final de siglo, la pérdida de peso relativo del español será menos acusada que la del inglés, el chino o el francés. Por el contrario, la proporción mundial de hablantes de árabe experimentará un crecimiento significativo.
Sin embargo: como dijo el recientemente fallecido don José Jiménez Lozano: “Con una lengua que tenga detrás un grosor cultural de primer orden, como lo tuvo en un tiempo, y el mundo civilizado entero valoró en lo que importaba, no habrá ciertamente ningún peligro serio para la lengua de España, y en ella será buscado aquello que es imprescindible para ser hombres, y en español está dicho».
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