San Fernando nació en la España de finales del siglo XII, en 1198. Durante su reinado unificó los reinos de León y Castilla, lo que favoreció de manera más efectiva a los cristianos en la lucha contra los musulmanes que ocupaban gran parte de la Península Ibérica. Liberó Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz y Sevilla del poder invasor. Exitoso en la guerra fue moderado en la paz; piadoso con Dios y preocupado por sus súbditos. El rey Fernando se definía a sí mismo como siervo de la Virgen María y tenía la convicción de que todo reino en la tierra debía someterse al Reino de Dios.
Fundó las universidades de Salamanca, Palencia y Valladolid. Inició las construcciones de las catedrales de León, Toledo y Burgos. Perteneció a la Tercera Orden de San Francisco, llevó siempre consigo una imagen de la Virgen María y no tuvo temor de hacer penitencia pública cuando fue necesario.
Se casó dos veces. La primera vez con Beatriz de Suabia, que le dio diez hijos. Luego de enviudar, contrajo matrimonio con María de Ponthieu, con quien tuvo cinco hijos más. Su hijo mayor, Alfonso X, fue conocido como Alfonso el Sabio; mientras que su hija Eleanor fue esposa de Eduardo I de Inglaterra.
Partió a la Casa del Padre el 30 de mayo de 1252 y fue canonizado en 1671 por el Papa Clemente X. Es patrono de varias instituciones españolas y protector de cautivos, desvalidos y gobernantes. Es patrón de España junto al apóstol Santiago.
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