Los cristianos tenemos una certeza en todas las situaciones de la vida: no estamos solos, Dios está con nosotros
La creencia en la Trinidad es lo que distingue al cristianismo de cualquier otra religión. Fuimos bautizados en el nombre de la Trinidad, y empezamos cada día rezando en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
¿Qué sé de la Santísima Trinidad?
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Se cuenta que un día san Agustín paseaba por la orilla del mar y vio a un niño vertiendo agua del mar en un pequeño agujero con una concha.
Esta escena va acompañada del siguiente comentario: este niño tardará menos en verter agua del mar en el pequeño agujero que nosotros en comprender la Santísima Trinidad.
Alguien podría darse por vencido y decir: si es así, entonces no tiene sentido explorar este misterio.
Sin embargo, esto es precisamente un estímulo para buscar aún más, para conocer aún más la belleza del Señor, para elegirlo y confiar en Él.
Id y enseñad a todas las naciones
La palabra “enseñar”, en griego MATHETEUSATE, significa literalmente “hacer discípulos”.
Es importante no sólo predicar el Evangelio, sino predicar de tal manera que otros se convenzan.
¿A quién he convencido del valor de ser creyente, de seguir al Señor Dios?
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo
Esta es la última frase del Evangelio según Mateo. Esto es lo que nos deja Jesús. Nos da la certeza de que, en todas las situaciones de la vida, no estamos solos, Dios está con nosotros.
Nos lo recordamos incluso cuando nos saludamos a lo largo del día, diciendo adiós, szczęśćBoże, Godspeed, God bless.
Dios da, ¡pide!
Hay pocas imágenes y estatuas de la Santísima Trinidad.
En Prostyn, un pequeño pueblo del este de Polonia, hay un Santuario de la Santísima Trinidad, donde está una estatua de la Santísima Trinidad en forma de trono de gracia.
Dios Padre está sentado en el trono, sosteniendo a Jesucristo en la cruz, y sobre la cruz está el Espíritu Santo.
Esta es una buena ilustración de la esencia de la Trinidad: el Dios que nos amó tanto que envió a su Hijo a la tierra para nuestra salvación y nos envió el Espíritu Santo.
Desde el trono de la gracia, nos da muchas gracias, y Él mismo dice “Pedid y recibiréis”.
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