Los romanos adoraban las obras de Caravaggio por que siempre eran una clase maestra y “gratis” a los ojos de todos: grandes, pequeños; pobres, ricos; hombres y mujeres; todos sin ninguna distinción.
La vanidad en la pintura era representada en esa época como una cesta de frutas, en el cual se escondía innumerables símbolos alegóricos legados al “Memento Mori”, que nos invita a recordar que todos moriremos, por lo tanto todo es efímero y tiene vencimiento, los bienes materiales, la belleza estética, etc.
Si nos fijamos bien en la canasta, podremos ver que una zona está más iluminada que la otra, que hay frutas y hojas que son más frescas que otras a las que se ven como demasiado maduras o con imperfecciones causadas por una enfermedad de la planta o de algún insecto. Toda estas contradicciones no es un caso para Caravaggio, que de esa manera quiere mostrar la fragilidad y fugacidad de la vida.
A parte cada fruto está relacionado con la simbología cristológica, y presagian la pasión de Cristo y están divididos en dos grupos, uno de valencia positiva (uva, pera, durazno) y la otra de valencia negativa (manzana e higo).
Ahora vemos lo que simboliza cada elemento de la cesta de frutas:
La canasta
Una canasta sirve para contener y, en cierto sentido, para proteger el contenido. En el ámbito religioso cristiano, podría representar a la Iglesia, que acoge y protege a sus hijos.
La uva
Representa la Eucaristía y la Salvación, la sangre de Cristo. En las alegorías barrocas, el Cordero aparece entre espigas y uvas.
La pera
Representa la Bondad Divina, por ser una fruta muy dulce. Su forma alargada recuerda el vientre femenino. Su árbol tiene flores blancas y estas se convirtieron en un símbolo de María.
El durazno o melocotón
Los tres componentes de esta fruta: pulpa, carozo y semilla representan la Santísima Trinidad.
La manzana y el higo
Estos dos frutos son claros símbolos del “pecado original”. La manzana es el fruto prohibido que comieron Adán y Eva por esta razón Caravaggio la representa con agujeros como comidas por los gusanos. Cuando Adán y Eva se sintieron desnudos debido al pecado entretejieron hojas de vid para cubrirse. (Gen. 3, 1-7)
¿Nunca te imaginaste que un cuadro de una cesta de fruta, que muchas veces la vimos en la casa de alguna abuela podría tener tanto significado cristológico verdad?
El cuadro original, no el de la casa de la abuelita se encuentra en la Pinaconeta Ambrosiana de Milán, y como curiosidad te puedo señalar que el Cesto de frutas y su autor Caravaggio está representado en los antiguos billetes de 100.000 liras.
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