En 1970, en Oregon, el joven médico Russell Sacco tomó una foto de sus dedos agarrando los pies pequeños y perfectamente formados de un bebé abortado a las 10 semanas, imagen que se volvió icónica y demostró la innegable humanidad de estos niños.
El 22 de enero de 1974, el primer aniversario del fallo Roe vs. Wade que legalizó el aborto en todo Estados Unidos, Virginia Evers encontró un anuncio que mostraba esta foto, hecho que la marcó y la llevo a crear el pin Precious Feet, que se convirtió en el símbolo internacional del movimiento provida.
Evers murió en Chandler, Arizona, el 17 de julio, apenas dos meses antes de cumplir 100 años.
“Ella difundió el mensaje provida hasta su último aliento”, indicó su hija, Dinah Monahan.
Virginia se casó con Ellis Evers, y luego que él regresó de la guerra, la pareja se mudó a San Diego y tuvo seis hijos.
Su esposo era director de una escuela y ella se dedicaba a decorar pasteles mientras criaba a todos los niños, en una familia de católicos devotos ferozmente patrióticos.
“Todas las mañanas izábamos la bandera, leíamos la Biblia y orábamos”, recordó Monahan.
La pareja abrió Heritage House 76, una compañía que distribuía joyas y objetos patrióticos antes del bicentenario de Estados Unidos en 1976, a través de la cual han distribuido millones de pin Precious Feet en todo el mundo.
La empresa pasó a manos de Dinah Monahans y su esposo Mike, quienes se encargaron de llevar la marca por todo el país en conferencias provida, y con las ganancias de la empresa han ayudado a financiar Hope House, una casa de maternidad en Arizona y que brinda apoyo a mujeres embarazadas que lo necesitan.
La pareja también fundó una casa de maternidad en Etiopía y abrió el primer pregnancy resource center en suelo de los nativos americanos, en la Reserva India Whiteriver en Arizona.
Mike Monahan murió en 2016 y el hijo de la pareja, Brandon, dirige ahora Heritage House, donde Precious Feet todavía están disponibles, pero a Monahan le preocupa que las generaciones más jóvenes de providas no hayan comprendido completamente la importancia de este recordatorio desgarrador y tangible de la humanidad de las víctimas del aborto.
El doctor Sacco murió en junio de 2019, pero dos años antes, él y Evers tuvieron la oportunidad de conocerse por primera vez.
“Se sentaron y se tomaron de las manos”, dijo Monahan.
Incluso después de que la Evers se fue a vivir a un centro de asistencia en Arizona, continuó tocando la vida de las personas.
“Ella hizo que todos se sintieran especiales. La gente que trabajaba allí” buscaba poder compartir unos minutos con ella, indicó su hija.
Mientras echa de menos a la mujer cuyo sello quedará grabado para siempre en el movimiento provida, la familia de Evers ha decidido no llorar su muerte, sino celebrar su vida y lo que está por venir.
“Me da una gran alegría pensar en Dios dándole la bienvenida”, señaló Monahan.
Puede adquirir el pin Precious Feet y conocer más sobre Heritage House AQUÍ.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en NCR.
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