“Como católicos, creemos que la Eucaristía es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Un regalo tan valioso merece nuestra reflexión y aprecio, no es algo que se puede experimentar virtualmente; la presencia de Cristo en la Eucaristía es real y se requiere nuestra presencia personal para recibirla”, escribió Mons. Pérez a los católicos de la arquidiócesis en una carta del 24 de mayo, Solemnidad de Pentecostés.
En ese sentido, el Arzobispo anunció la nueva iniciativa arquidiocesana “Nada se compara con estar allí”, basada en la verdad de la Eucaristía, en la que “presentará una invitación para que todos reconozcan más profundamente la insustituible necesidad de estar en persona para la celebración de la Misa dominical”.
La invitación del Arzobispo se produce al mismo tiempo que los funcionarios estatales y municipales se preparan para relajar aún más las restricciones de COVID-19, a medida que más personas se vacunan.
En el 2020 la Arquidiócesis de Filadelfia otorgó una dispensa de la obligación de asistir a la Misa dominical, pero la carta más reciente del Arzobispo Pérez no levanta esa dispensa.
Si bien la invitación de Mons. Pérez comenzará formalmente en septiembre de 2021, la mayoría de las restricciones al culto los días domingo y en las Misas diarias, incluidos los límites de aforo, distanciamiento social y uso de mascarillas están comenzando a desaparecer.
“Durante los meses de verano, los párrocos y los líderes parroquiales prepararán una sincera invitación a sus comunidades y juntos lanzaremos esta invitación en septiembre del 2021. Si bien, la plenitud de esta invitación ocurre en septiembre, incluso ahora los animo: ‘Nada se compara con estar allí’. Vengan a casa en persona a la celebración de la Misa”, señala la carta.
Mons. Pérez reconoció que la pandemia “trajo muchos cambios a nuestras vidas, a nuestras rutinas e incluso a nuestro culto dominical”, lamentando que durante un periodo los católicos “no pudimos estar presentes personalmente en la celebración de la Misa dominical”.
No obstante, elogió la utilidad de transmitir la Misa en vivo durante los “meses difíciles de la pandemia”.
“Ahora, a medida que la pandemia se desvanece y las restricciones se levantan, invito a todos los fieles de la Arquidiócesis a regresar en persona a la celebración de la Misa. A pesar de lo útil que ha sido la transmisión en directo durante los difíciles meses de la pandemia, cuando se trata de la Misa, nada se compara con estar allí”, acotó el Arzobispo de Filadelfia.
Finalmente, pidió a Dios que “derrame su Espíritu sobre nosotros y encienda en nosotros un renovado deseo de estar presentes en la Fiesta Eucarística”.
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