En el texto difundido por el Vaticano este 27 de septiembre, el Santo Padre pidió a los jóvenes vivir la preparación a la JMJ como “verdaderos peregrinos y no como turistas de la fe”.
“Abrámonos a las sorpresas de Dios, que quiere hacer resplandecer su luz en nuestro camino. Abrámonos a escuchar su voz, también por medio de nuestros hermanos y hermanas en la fe. De esta manera nos ayudaremos unos a otros a levantarnos juntos, y en este difícil momento histórico seremos profetas de tiempos nuevos, llenos de esperanza”, alentó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre recordó que “el discípulo de Cristo está llamado a ser luz del mundo” y recordó la historia de San Pablo que testimonió su experiencia personal con el Señor y fue apóstol de los gentiles a quienes intentó “abrirles los ojos” para que se convirtieran “de las tinieblas a la luz”.
Reflexionando en la historia de San Pablo el Papa destacó que es necesario “cambiar de perspectiva” porque “en la vida ordinaria es posible convertirse y renovarse haciendo las cosas que solemos hacer, pero con el corazón transformado y con motivaciones diferentes”.
“La conversión de Pablo no fue un volver para atrás, sino abrirse a una perspectiva totalmente nueva. En efecto, él continuó el camino hacia Damasco, pero ya no era el mismo de antes, era una persona distinta”, advirtió el Santo Padre.
De este modo, el Papa señaló que “cuando el Señor irrumpió en la vida de Pablo, no anuló su personalidad, no borró su celo y su pasión, sino que hizo fructificar sus talentos para hacer de él el gran evangelizador hasta los confines de la tierra”.
Por ello, el Santo Padre invitó a los jóvenes a testimoniar a Cristo porque “no podemos dar por descontado que todos conocen a Jesús, aun en la era de internet” ya que “la pregunta que muchas personas dirigen a Jesús y a la Iglesia es justamente esta: ¿Quién eres?”.
“Esta pregunta es sumamente importante, y todos en la vida, antes o después, nos la tenemos que hacer. No basta haber escuchado hablar de Cristo a otros, es necesario hablar con Él personalmente. Esto, básicamente, es rezar. Es hablar a Jesús directamente, aunque tengamos el corazón todavía desordenado, la mente llena de dudas o incluso de desprecio hacia Cristo y los cristianos”, indicó el Papa.
De este modo, el Santo Padre dijo “me gustaría que cada joven, desde lo profundo de su corazón, llegara a hacerse esta pregunta: ¿Quién eres, Señor?”.
Asimismo, el Pontífice recordó que “a Santa Teresa de Lisieux, como a otros santos, le gustaba repetir que la humildad es la verdad”.
“Hoy en día muchas ‘historias’ sazonan nuestras jornadas, especialmente en las redes sociales, a menudo construidas artísticamente con mucha producción, con videocámaras y escenarios diferentes. Se buscan cada vez más los focos del primer plano, sabiamente orientados, para poder mostrar a los ‘amigos’ y ‘seguidores’ una imagen de sí que a veces no refleja la propia verdad. Cristo, luz meridiana, viene a iluminarnos y a restituirnos nuestra autenticidad, liberándonos de cualquier máscara. Nos muestra con nitidez lo que somos, porque nos ama tal como somos”, indicó el Santo Padre.
Finalmente, el Papa Francisco renovó la invitación a todos los jóvenes del mundo “a formar parte de esta peregrinación espiritual que nos llevará a celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa en 2023”.
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