Días cargados de agresiones que provocaron también el pronunciamiento de la Iglesia de Chile, además de otras organizaciones como Servicio Jesuita a Migrantes u Hogar de Cristo a través de la Red Clamor
«Lo que nos hicieron, no se le hace un ser humano», fue el grito de uno de los afectados por esos ataques, reproduce el medio local chileno BioBio.
Es que las imágenes de los últimos días desde la ciudad chilena de Iquique han generado gran conmoción. Quema de carpas, ropa, además de desalojos y violencia contra la población migrante. Ese fue un poco el tono que se vivió en esa zona fronteriza en el marco de una “crisis migratoria” que se viene arrastrando desde hace varios meses y que aún no tiene solución.
A esto se le suma una manifestación denominada “No + inmigrantes” que congregó, según reportes como BBC Mundo en base a datos de Carabineros, a unas 5.000 personas que expresaron sin resquemor su repudio a la ola migratoria que ha generado inconvenientes en espacios públicos.
Es que Iquique, a 1500 kilómetros de la capital Santiago, ha sido uno de los sitios afectados por la situación de aumento de migrantes indocumentados, en su mayoría venezolanos, que intentan pasar desde Bolivia hacia la localidad fronteriza chilena de “Colchane”. En Iquique se estima que son alrededor de 3.000 migrantes los que están varados.
De fondo una vez más el drama de quienes buscan pasar y que además deben enfrentar duros obstáculos como los climáticos (en invierno es una zona inhóspita), aspecto que ha generado que hasta al momento ya sean 12 las personas fallecidas en su intento por pasar a través de pasos no habilitados.
Dolor, rechazo y vergüenza
Lo acontecido en esa zona fronteriza chilena coincide con un fin de semana en que se celebró la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, un aspecto que gracias al impulso que le ha dado el propio papa Francisco ha llenado de sensibilidad en los últimos años a la propia Iglesia de América Latina.
Efectivamente, este 27 de septiembre el propio Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile expresó dolor y rechazo ante los hechos de violencia contra los inmigrantes en la ciudad de Iquique.
“Observar la agresión a personas en situación de vulnerabilidad, incluidos niños y adolescentes, junto a la destrucción de sus pocas pertenencias, mientras se gritaba ‘vivas’ a Chile, nos llena de vergüenza y de estupor. No es ese el Chile al que todos aspiramos”, expresaron los obispos (mensaje completo aquí).
“Llamamos a las autoridades a asumir la problemática migratoria, ofreciendo espacios de acogida en condiciones dignas, que permitan no cargar a las comunidades locales con situaciones urbanas indeseadas. También pedimos facilitar los procesos de regularización de acuerdo con la ley y coordinar acciones internacionales a nivel regional que permitan enfrentar el problema en común”, prosigue los obispos en otro pasaje de su mensaje.
Por último, la Iglesia de Chile llama a los católicos a “no asumir ni promover actitudes hostiles al inmigrante”.
“Una mentalidad xenófoba y replegada sobre sí misma, sea por la consideración que sea, no puede prevalecer por encima de las más hondas convicciones de fe, que nos hacen sostener el valor de cada persona humana y la ley suprema del amor fraterno”, agregaron los obispos, quienes recordaron también el llamado del Papa para con los migrantes y refugiados este 26 de septiembre.
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