En este tiempo de pandemia he conocido casos de personas que perdieron la alegría de vivir y caminan atemorizadas ante un futuro incierto, y encontré la manera de ayudarlas
«No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido”.
Isaías 41, 10
Lo sé, vivimos tiempos difíciles. Para mí son momentos en que se prueba nuestra fe. ¿Qué hacer?, me preguntas.
Solo debemos orar, dar lo mejor de nosotros, llevar vida evangélica y confiar en Dios, así todo saldrá bien.
Tal vez no sabes cuál camino tomar. Es muy sencillo hallarlo. Busca la respuesta en tu Biblia, donde Dios te habla, te guía, te orienta y te dice lo que espera de ti. También lee libros católicos de crecimiento espiritual.
Leer puede ayudarte
Don Bosco solía recomendar a los jóvenes en sus oratorios la lectura de buenos libros de espiritualidad para fortalecer su fe. Viendo todo el bien que hacían, él mismo de dedicó a escribir y publicar libros maravillosos.
Justamente sé de un libro cuya lectura te puede ayudar. Es el libro de san Claudio de la Colombiere, quien propagó la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y fue el director espiritual de santa Margarita María Alacoque.
Su libro se titula: El Abandono confiado en la Divina Providencia. ¿Lo has leído? Es maravilloso. Te recomiendo que lo leas. Te hará mucho bien. Puedes encontrarlo y leerlo gratis en algunos sitios de Internet.
Te copio un pequeño fragmento:
«¿Qué bien puede proporcionarme esta enfermedad que me obliga a interrumpir todos mis ejercicios de piedad?», dirá tal vez alguien. «¿Qué ventaja puedo obtener de la pérdida de todos mis bienes que me sitúa en el desespero, de esta confusión que abate mi valor y que lleva la turbación a mi espíritu?».
Es cierto que estos golpes imprevistos, en el momento en que hieren acaban algunas veces con aquellos sobre quienes caen y les sitúan fuera del estado de aprovecharse inmediatamente de su desgracia.
Pero esperad un momento y veréis que es por allí por donde Dios os prepara para recibir sus favores más insignes. Sin este accidente, es posible que no hubierais llegado a ser peor, pero no hubierais sido tan santo. … Sólo os faltaba este paso para entrar en una libertad perfecta; era poco, pero, en fin, no hubierais podido hacer aún este último sacrificio; sin embargo, ¿de cuántas gracias no os privaba este obstáculo?”.
Encontrar el sentido, recuperar la alegría
¿Eres de los que necesitan buscar a Dios y no sabes por dónde empezar?¿Sientes que debes llenar un vacío? ¿Necesitas un propósito en tu vida?
Les pasa a muchos. En este tiempo de pandemia he conocido casos de personas que perdieron la alegría de vivir y caminan atemorizadas ante un futuro incierto.
Pensé en ellos y en ti. “¿Cómo puedo ayudar a tantas personas que hoy sufren y temen?”, me pregunté. La respuesta llegó al instante:
“Elevando mis plegarias con fervor y escribiendo artículos que les muestren el Camino, los anime a no temer y les señalen qué hacer y a quién pueden acudir en medio de tantas dificultades».
Es lo que trato de hacer con estos escritos. Y espero que te ayuden tanto como a mí, pues nos mantienen unidos como hermanos.
«No tengas miedo»
Por lo pronto, no tengas miedo. Las Sagradas Escrituras en 1 Juan 4 nos aseguran:
En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor
Santa Faustina lo comprendió bien y escribió en su Diario (589):
“El amor expulsa el temor del alma. Desde que amé a Dios con todo mi ser, con toda la fuerza de mi corazón, desde entonces cedió el temor. Dios es el Amor y su Espíritu es la paz”.
Es verdad, no hay razones para temer cuando se ama y vives en la presencia de Dios.
Muchas veces necesitamos motivos para vivir. Estos nos alientan a dar y ser lo mejor de nosotros, conquistar metas y anhelar la santidad. Los encontramos en Dios.
¿Buscas un propósito en tu vida? Busca a Dios y lo encontrarás.
¡Ánimo! Luego me cuentas cómo te fue.
Publicar un comentario