Ante un total de 120 participantes en la sala clementina del Palacio Apostólico, el Santo Padre destacó que la organización “defiende la libertad religiosa no de forma teórica, sino atendiendo a las personas perseguidas y encarceladas a causa de su fe”.
A continuación, el Papa recordó a su fundador, Juan de Matha, quien “fue llamado por Cristo a dar su vida por la liberación de los esclavos, tanto cristianos como musulmanes”.
“No quiso hacerlo solo, individualmente, sino que fundó para ello una nueva Orden, una orden ‘saliente’, nueva también en su forma de vida, que debía ser un apostolado en el mundo”, explicó.
El Pontífice señaló a continuación que Jesús fue enviado por el Padre y “movido” por el Espíritu Santo y señaló que “en él actúa toda la Trinidad. Y la obra de Dios Amor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es la redención del hombre: por esto Cristo derramó su sangre en la cruz. Como rescate por nosotros. Esta obra se prolonga en la misión de toda la Iglesia”. P
“Pero en su Orden ha encontrado una expresión singular, peculiar, yo diría literal – un poco como la pobreza en Francisco – es decir, el compromiso por el rescate de los esclavos.
“Lamentablemente este carisma es de flagrante actualidad. Tanto porque incluso en nuestro tiempo, que se jacta de haber abolido la esclavitud, en realidad son muchos, demasiados, los hombres y las mujeres, incluso los niños reducidos a vivir en condiciones inhumanas, esclavizados”, denunció el Santo Padre.
Más tarde, el Papa lamentó que “la libertad religiosa es violada, a veces pisoteada en muchos lugares y de diversas maneras, algunas crudas y obvias, otras sutiles y escondidas”.
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