Cuando se enfrentó a la decisión de quedarse con dinero que no era suyo, este hombre tuvo claro lo que tenía que hacer.
Leer las noticias suele ser suficiente para hacernos perder la fe en la humanidad, pero de vez en cuando vemos ejemplos de honestidad e integridad.
Tal es el ejemplo del consultor de ventas Daniel Franco de Oliveira, que vive en la ciudad de Sinop, Mato Grosso, en el centro de Brasil.
El medio brasileño Correio (entre otros medios) informó que el pasado 1 de abril, Daniel recibió una notificación de una transferencia bancaria inesperada de $275,000 reales brasileños (casi $60,000 en dólares estadounidenses). Debido a la fecha, inmediatamente imaginó que la notificación era una especie de broma.
Sin embargo, se dio cuenta de que la cantidad, mucho más alta que su ingreso mensual de alrededor de R$ 1500 ($320 USD), en realidad había sido transferida a su cuenta bancaria.
Daniel reportó el depósito y comenzó a buscar al dueño del dinero. De inmediato consultó con su propio jefe porque pensó que tal vez la empresa para la que trabajaba se había equivocado. No fue el caso.
Continuando con la investigación, descubrió que el depósito accidental procedía de una comercializadora de cereales ubicada en su ciudad natal de Sinop. El error lo había cometido un empleado al realizar los pagos.
Cuando pudo confirmar la identidad del dueño del dinero, Daniel devolvió el dinero esa misma semana y en reconocimiento a su honestidad, la empresa le recompensó con $3.000 reales.
Daniel se sintió aliviado cuando pudo devolver el dinero a su legítimo dueño y le dijo a la prensa: “No puedo imaginarme usando dinero que no es mío”.
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