Respuesta a una lectora que escribió al consultorio de Aleteia. (Algunos datos se han modificado o eliminado para preservar el anonimato).
Hola, Sheila.
Hace un tiempo te escribí porque estaba entre la vida y la muerte, al borde del colapso. Tu articulo me ayudo a pedir ayuda urgente, y me está acompañando una psicóloga. Este camino no ha terminado, pero al menos siento que salí de la zona de riesgo.
Sin embargo, quisiera que me hablaras sobre la pregunta que te hice en ese momento. La semana pasada se suicidó una chica de 18 años, egresa del colegio donde van mis hijos.
Un ser de luz, buena compañera, mejor alumna. Aparentemente todo iba bien en su vida y en la de su familia. No salimos del shock que causó, y mis hijos están muy angustiados.
Por otra parte, la institución hizo silencio. Más desconcierto aún para los adolescentes.
Quedo a la espera de tu respuesta, desde ya muchas gracias.
Querida amiga:
Muchas gracias por tu pregunta. La Fundación Americana para la Prevención del Suicidio informa que hubo aproximadamente 100.000 muertes por suicidio de adolescentes (de 15 a 19 años) durante el período de 40 años entre 1975 y 2015, último año cubierto para este estudio.
La pandemia ha hecho que mucha gente en todas partes del mundo se quite la vida. Empresarios, reinas de belleza, jugadores de futbol americano y jóvenes adolescentes lo han hecho. Las consecuencias ante los largos tiempos de encierro, pérdida de empleos, de empresas y convivencia entre personas como nunca antes se había experimentado desde que la modernidad existe son estas: situaciones límites.
Divorcios. Violencia domٞéstica. Incremento del alcohol y suicidio. Todo esto surge ante la pérdida del valor personal y el sentido de la vida. En el caso de adolescentes, los varones se quitan la vida 3-4 veces más que las mujeres.
¿Qué pueden hacer los padres cristianos ?
Tal y cómo tú decidiste buscar ayuda para ti, te recomiendo hacer lo mismo para tus hijos, que han sido traumatizados ante este evento tan triste. Un trauma es aquella experiencia que se vive y para la que el cerebro no está preparado al ser muy joven. Por ello buscar ayuda es tan importante.
Me gustaría darte algunos puntos para que tú y tus hijos caminen en este momento oscuro:
1- Como madre, padre,no teman tener una conversación con sus hijos sobre lo que es la salud mental y el suicidio. Como personas creyentes es importante que pidan a sus hijos orar por el alma de su amiga, pero sobre todo tranquilizarlos y decirles que Dios es Amor, es Misericordia, es Compasión y que es importante confiar que su alma descansa en El. Ayúdales a afianzar su confianza en Dios.
2- Vayan con sus hijos a la Iglesia y soliciten una misa o varias en su nombre. Que ese día tus hijos compren flores y se las lleven. Ayúdales a conversar con Jesús y que lo hagan tal y como hablarían con su mejor amigo.
3- Durante la conversación que tengan con sus hijas o hijos hagan preguntas abiertas para acompañar el dolor de su corazón y escucharles. Padecer con ellos. Llorar juntos.
4- Si no quisieran hablar todavía, no forzar nada, invitar solamente a hacer oración en familia y terminar la reunión diciendo que siempre estarán ahí para apoyarles.
Ameu | Shutterstock
5- Invitarlos a llorar cada vez que sientan angustia, tristeza, duda e invitarles a hacerlo siempre en presencia de Dios. Para esto, enséñales a encender una vela que representará la presencia de Dios (y de nuestra oración) en el caso de que no puedan ir a una capilla.
6- Busca la ayuda de un especialista. Me mencionas en tu carta que ya tienes a una psicóloga que te está apoyando. Te recomendaría hacer una reunión de familia con ella para que tú , tu esposo y tus hijos puedan procesar los efectos de choque y empezar a sanar el trauma. Esto siempre lleva un tiempo. Es posible que un número de sesiones prudentes sea lo más recomendable. Una de las cosas en que la o el especialista puede ayudar es a superar la culpa que tus hijos puedan estar sintiendo, pues generalmente se preguntan: ¿estuve lo suficientemente atenta como amiga? ¿qué hubiera pasado si hubiera escuchado más?
Te dejo acá un enlace con orientación específica en el folleto Children, Teens and Suicide Loss de AFSP, escrito en colaboración con el Dougy Center, The National Center for Grieving Children & Families. En inglés solamente.
Por último, y desde el punto de vista cristiano, provocarse a sí mismo la muerte es un pecado grave porque usurpa el derecho exclusivo de Dios de llamarnos cuando Él quiera a su presencia.
Sin embargo, la Iglesia no hace ningún juicio sobre el estado eterno de quienes se quitan su propia vida. “Dios puede haberles facilitado por caminos que Él solo conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida”, se lee en el número 2283 del Catecismo de la Iglesia Católica. Esto lo tienen que tener muy presente tus hijos para tener paz.
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